La reciente ratificación del Tratado de Altamar (BBNJ, por sus siglas en inglés) marca un momento crucial en la historia de la conservación marina y el multilateralismo. Este acuerdo, que ha sido respaldado por 115 países desde su aprobación en septiembre de 2023, busca regular las actividades humanas en alta mar y establecer áreas marinas protegidas, un paso vital para la preservación de la biodiversidad oceánica. El secretario general de la ONU, António Guterres, expresó su satisfacción por este logro, destacando que el tratado ha alcanzado el umbral de ratificaciones necesario para su entrada en vigor, lo que representa un avance significativo en la protección de los océanos.
### El Tratado de Altamar y su Importancia
El Acuerdo sobre la Diversidad Biológica Marina en Zonas Fuera de la Jurisdicción Nacional es un documento que busca abordar la creciente preocupación por la degradación de los ecosistemas marinos. Con el 61 % del océano fuera de la jurisdicción nacional de los países, la necesidad de un marco legal que regule las actividades humanas en estas áreas se ha vuelto imperativa. El tratado no solo establece un marco para la creación de áreas marinas protegidas, sino que también busca mitigar el cambio climático y preservar la biodiversidad del fondo marino.
La ratificación del BBNJ por parte de al menos 60 naciones, siendo Marruecos la última en hacerlo, permite que el tratado entre en vigor el 1 de enero de 2026. Este acuerdo es fundamental para alcanzar el objetivo de proteger el 30 % de la biodiversidad marina para 2030, un compromiso que se enmarca dentro del Convenio de las Partes sobre la Diversidad Biológica, conocido como el Marco Mundial para la Biodiversidad de Kunming-Montreal. La implementación de este tratado representa un cambio de paradigma en la gestión de los océanos, donde la cooperación internacional es clave para abordar los desafíos ambientales que enfrentamos.
### Implicaciones para la Conservación Marina
La ratificación del Tratado de Altamar implica un compromiso global para la conservación de los océanos, que han sido históricamente considerados como un «salvaje oeste» sin supervisión adecuada. Katie Matthews, científica jefe de Oceana, subrayó la importancia de este acuerdo al afirmar que, por primera vez, existe una base jurídica para salvaguardar la diversidad marina en aguas que pertenecen a todos y a nadie al mismo tiempo. Esto significa que, a partir de ahora, las naciones tendrán la responsabilidad de gestionar y proteger estos espacios de manera efectiva.
El tratado no solo tiene implicaciones para la biodiversidad marina, sino que también aborda cuestiones críticas relacionadas con el cambio climático. La protección de los ecosistemas marinos es esencial para mitigar los efectos del calentamiento global, ya que los océanos actúan como un sumidero de carbono, absorbiendo grandes cantidades de dióxido de carbono de la atmósfera. Al establecer áreas marinas protegidas, el tratado contribuirá a la resiliencia de los ecosistemas frente a los impactos del cambio climático, lo que a su vez beneficiará a las comunidades costeras que dependen de estos recursos.
Además, la ratificación del BBNJ abre la puerta a una mayor colaboración entre países en la investigación y conservación de los océanos. La creación de áreas marinas protegidas permitirá a los científicos y conservacionistas trabajar juntos para monitorear la salud de los ecosistemas marinos y desarrollar estrategias efectivas para su conservación. Esto es especialmente relevante en un momento en que la sobreexplotación de los recursos marinos y la contaminación están amenazando la vida marina y la salud de los océanos.
La participación activa de países como España y Chile, que han ratificado el tratado y han mostrado interés en acoger la secretaría del mismo, es un indicativo del compromiso global hacia la protección de los océanos. La colaboración internacional será fundamental para garantizar que el tratado se implemente de manera efectiva y que se logren los objetivos establecidos.
La ratificación del Tratado de Altamar representa un paso adelante en la lucha por la conservación de nuestros océanos. A medida que nos acercamos a su entrada en vigor, es esencial que las naciones trabajen juntas para garantizar que este acuerdo se traduzca en acciones concretas que beneficien tanto a la biodiversidad marina como a las comunidades que dependen de estos ecosistemas. La protección de los océanos es una responsabilidad compartida y, con el BBNJ, el mundo tiene una oportunidad única para hacer frente a los desafíos ambientales que amenazan nuestro planeta.