La transformación de un antiguo piso de los años 70 en el corazón de Algorta ha sido un proyecto que combina modernidad y un estilo ecléctico. Este proceso de reforma integral ha permitido a la familia propietaria disfrutar de un hogar luminoso y acogedor, adaptado a sus necesidades actuales. La interiorista Raquel González ha sido la encargada de llevar a cabo esta metamorfosis, que no solo ha mejorado la estética del lugar, sino que también ha optimizado su funcionalidad.
### Redefiniendo Espacios para una Vida Familiar
Con una superficie de 150 metros cuadrados, el piso original no cumplía con las expectativas de la familia, compuesta por una pareja y sus hijos. La necesidad de un dormitorio adicional y la ubicación de la cocina, alejada del salón-comedor, eran dos de los principales inconvenientes que se debían resolver. La solución fue mover la cocina al centro de la vivienda, creando un espacio más abierto y accesible para la vida diaria.
La nueva distribución ha permitido crear una zona de día semiabierta, donde la familia puede disfrutar de momentos juntos. La cocina, ahora en el centro, se ha diseñado en forma de U con una península que facilita la interacción entre los espacios. Este cambio no solo ha mejorado la circulación dentro del hogar, sino que también ha permitido que la cocina se convierta en un punto focal de la casa, donde la familia puede reunirse y compartir momentos.
### Un Estilo Ecléctico que Refleja Personalidad
La decoración del piso es un reflejo de la personalidad de sus propietarios, quienes tienen un gusto por las piezas antiguas y un enfoque artístico en su hogar. La interiorista ha logrado crear un ambiente ecléctico mediante la combinación de diferentes estilos, colores y texturas. Desde papeles pintados hasta textiles, cada rincón de la casa cuenta con detalles únicos que aportan carácter y calidez.
Uno de los elementos más destacados es la mezcla de colores que va desde un verde azulado empolvado en la cocina hasta un vibrante mostaza en los textiles de varias estancias. Las molduras clásicas de escayola añaden un toque de elegancia, mientras que la chimenea de mármol en el salón se convierte en un punto de atracción visual. Este equilibrio entre lo moderno y lo clásico es lo que define el estilo de la vivienda.
El salón-comedor ha sido diseñado para ser un espacio multifuncional. Se ha dividido en tres áreas: una zona de estar, una zona de chimenea y un comedor. La chimenea de mármol no solo proporciona calidez, sino que también conecta perfectamente con las piezas clásicas del mobiliario. Los textiles en tonos mostaza y azules, junto con las butacas retapizadas, crean un ambiente acogedor y contemporáneo.
El comedor, separado de la cocina por puertas de cristal correderas, maximiza la sensación de espacio. Este diseño permite que la luz fluya entre los dos ambientes, creando una atmósfera luminosa y abierta. Las lámparas Kyoto que cuelgan sobre la mesa son un elemento llamativo, mientras que los detalles decorativos, como los arreglos florales, añaden un toque de frescura y simetría.
La cocina, con su atrevido tono verde azulado, se ha convertido en el corazón de la casa. Equipado con muebles de diseño moderno y detalles dorados, este espacio no solo es funcional, sino también estéticamente atractivo. La elección de un papel pintado impactante en el aseo de cortesía y la combinación de texturas en los dormitorios son ejemplos de cómo la creatividad se ha utilizado para maximizar el potencial de cada habitación.
El dormitorio principal, por su parte, ha sido diseñado para ofrecer comodidad y estilo. Un armario empotrado con molduras recorre las paredes, proporcionando un amplio espacio de almacenamiento. La combinación de textiles en rayas y cuadros negros con mostaza crea un ambiente acogedor, mientras que el vestidor, separado por un tabique decorativo, añade un toque de sofisticación.
El baño principal sigue la misma línea estética, con un suelo de madera y un papel pintado dorado que aporta un aire de lujo. La amplia ducha de porcelánico y la grifería dorada son detalles que elevan la experiencia de este espacio.
Cada dormitorio de los hijos ha sido diseñado con atención al detalle, utilizando los mismos colores y patrones que se encuentran en el resto de la casa. Esto crea una sensación de continuidad y armonía en todo el hogar. Las piezas recuperadas, como la mesita de noche y la lámpara, añaden un toque vintage que complementa la decoración moderna.
La reforma integral de este piso en Algorta es un claro ejemplo de cómo se puede transformar un espacio antiguo en un hogar contemporáneo y funcional, sin perder la esencia de lo que lo hace único. La combinación de un diseño inteligente y una decoración ecléctica ha dado lugar a un ambiente que no solo es estéticamente agradable, sino que también se adapta perfectamente a las necesidades de la familia.