La tragedia en el Puerto de Lunada, Cantabria, ha dejado una profunda huella en la comunidad tras el fallecimiento de cuatro jóvenes en un accidente de tráfico. Los padres de uno de los jóvenes, Izan, han iniciado una campaña en Change.org que ha recogido más de 26.000 firmas, exigiendo la instalación de guardarraíles en la carretera donde ocurrió el fatal incidente.
El accidente tuvo lugar en marzo, cuando Izan y sus amigos se dirigían a una cabaña rural para celebrar su 21 cumpleaños. A tan solo 15 minutos de su destino, el vehículo se salió de la carretera y se despeñó por una ladera de 400 metros, resultando en la muerte de todos los ocupantes. La madre de Izan, Sonia García, ha compartido su dolor y la frustración que siente al pensar que la falta de medidas de seguridad en la carretera pudo haber evitado esta tragedia.
La petición de los padres de Izan no solo busca justicia para sus hijos, sino que también pretende alertar sobre la peligrosidad de la carretera CA-643, donde ya se han registrado otros accidentes mortales. Según ellos, la instalación de guardarraíles había sido prometida por el Gobierno de Cantabria, pero nunca se llevó a cabo. «Si esto se hubiera hecho antes, seguramente mi hijo estaría vivo», lamenta Sonia.
En su campaña, los padres no solo piden la instalación de guardarraíles, sino también mejoras en la señalización de la carretera y la implementación de medidas que cierren la vía en condiciones climáticas adversas. La urgencia de su mensaje es clara: «¿Cuántas personas más tienen que morir en ese punto de la carretera para que ustedes reaccionen?».
La historia de Izan no es única. Otra amiga de una de las víctimas ha lanzado una petición similar, expresando su indignación por la falta de acción del gobierno ante un problema que ha cobrado vidas. La comunidad se une en un clamor por la seguridad vial, exigiendo que se tomen medidas antes de que se produzcan más tragedias.
La situación en el Puerto de Lunada ha puesto de manifiesto la necesidad de una revisión exhaustiva de las infraestructuras viales en la región. Los padres de Izan y otros afectados están decididos a luchar por un cambio que garantice la seguridad de todos los que transitan por esa carretera. La recogida de firmas es solo el primer paso en su búsqueda de justicia y protección para futuros conductores.
La historia de estos jóvenes ha resonado en la comunidad, generando un debate sobre la responsabilidad del gobierno en la protección de sus ciudadanos. La falta de guardarraíles en una carretera conocida por su peligrosidad ha llevado a muchos a cuestionar la eficacia de las promesas gubernamentales y la necesidad de una acción inmediata.
Mientras tanto, los padres de Izan continúan su lucha, esperando que su dolor no sea en vano y que su historia sirva como un llamado a la acción para prevenir futuras tragedias. La comunidad se une a ellos, firmando la petición y compartiendo su mensaje en un esfuerzo por hacer de las carreteras un lugar más seguro para todos.