En un trágico suceso que ha conmocionado a la región, los equipos de rescate en Bangkok han recuperado hasta ahora 32 cadáveres de una torre que se derrumbó tras un potente terremoto de magnitud 7.7 que sacudió Birmania el pasado 28 de marzo. Este devastador evento ha dejado un saldo de al menos 3,600 muertes y más de 5,000 heridos en el país vecino, según los informes de la junta militar birmana.
La torre en construcción, ubicada cerca del popular mercado de Chatuchak, colapsó mientras aproximadamente 300 trabajadores se encontraban en el lugar, ya sea dentro del edificio o en el terreno adyacente. La búsqueda de supervivientes continúa, y los rescatistas han detectado señales luminosas y sonidos provenientes de los escombros, lo que ha renovado la esperanza de encontrar a personas con vida.
Los esfuerzos de rescate son arduos y peligrosos, ya que los equipos deben navegar a través de una montaña de escombros para localizar a los atrapados. La Fundación Phetkasem, que está colaborando en las tareas de emergencia, ha informado sobre la detección de una señal luminosa que podría provenir de un teléfono móvil, lo que sugiere que podría haber sobrevivientes en el interior de los escombros.
El gobierno tailandés ha estado actualizando a la población sobre los avances en la recuperación de cuerpos y la búsqueda de sobrevivientes. En su última comunicación, las autoridades informaron que se han encontrado dos cadáveres adicionales en la jornada más reciente, elevando el total a 32. Además, se estima que aún hay 62 personas desaparecidas bajo los escombros.
La situación en Birmania es igualmente crítica, donde el terremoto ha causado estragos en varias regiones. Las autoridades birmana han declarado que el número de muertes ha alcanzado las 3,471, y miles de personas se encuentran desplazadas, durmiendo en las calles debido al temor de réplicas y la inestabilidad de sus hogares.
Las réplicas del terremoto han continuado sacudiendo la zona, lo que ha llevado a muchas personas a evitar regresar a sus hogares por miedo a nuevos colapsos. La junta militar birmana ha anunciado un alto el fuego de tres semanas para facilitar la entrega de ayuda humanitaria a las víctimas del desastre.
Los equipos de rescate en Bangkok están trabajando incansablemente, utilizando cámaras y otros equipos especializados para investigar los escombros y confirmar el origen de las señales de vida. La situación es crítica, y cada minuto cuenta en la búsqueda de posibles sobrevivientes.
Este desastre ha puesto de relieve la vulnerabilidad de la región ante fenómenos naturales y la necesidad de una respuesta rápida y efectiva ante emergencias. La comunidad internacional ha expresado su solidaridad con las víctimas y sus familias, mientras que las organizaciones humanitarias se preparan para brindar asistencia a los afectados por esta tragedia.
A medida que avanzan las labores de rescate, la esperanza de encontrar a más sobrevivientes persiste, aunque el tiempo es un factor crucial. La tragedia en Bangkok y Birmania es un recordatorio de la fragilidad de la vida y la importancia de la preparación ante desastres naturales.