El alcalde de Donostia, Eneko Goia, ha anunciado su intención de proponer la suspensión de la operación comercial en el cerro de San Bartolomé, un proyecto que incluye la construcción de un aparcamiento subterráneo y un centro comercial. Esta decisión surge tras un periodo de reflexión y consultas con diversos actores de la ciudad, y se enmarca en un contexto de creciente preocupación por la saturación de obras en la zona y la necesidad de reducir el tráfico en el centro de la ciudad.
La propuesta de Goia se presenta en un momento en que la sociedad San Bartolomé Muinoa SA, encargada del proyecto, está compuesta por representantes del Ayuntamiento y empresas privadas que podrían verse afectadas por esta decisión. La suspensión de la operación podría llevar a dos escenarios: la resolución del contrato mediante un acuerdo que compense a la parte privada o, en su defecto, la disolución de los compromisos a través de los tribunales.
Desde su concepción, este proyecto ha generado dudas significativas entre los ciudadanos y expertos en urbanismo. La magnitud de la obra, que implica un vaciado considerable de la ladera del cerro, ha suscitado inquietudes sobre su impacto en el patrimonio urbano y en la calidad de vida de los residentes. El alcalde ha reconocido que los vecinos del cerro han soportado ya numerosas molestias debido a las obras del Topo, que continuarán hasta finales de año.
El proyecto original contemplaba la construcción de un centro comercial de 8,000 metros cuadrados y un aparcamiento subterráneo de cuatro plantas, lo que requeriría un vaciado equivalente a nueve plantas de altura. Esta intervención no solo afectaría la ladera del cerro, sino que también colisionaría con los planes municipales de limitar la entrada de vehículos al centro de la ciudad, un objetivo que ha cobrado mayor relevancia en los últimos años debido a la creciente preocupación por la sostenibilidad y la calidad del aire.
Además, la asociación de comerciantes de Gipuzkoa, Dendartean, junto con otras entidades, presentó un recurso ante el Tribunal Superior de Justicia del País Vasco en abril de 2023, cuestionando la viabilidad del proyecto. La resolución de este recurso es esperada con atención, ya que podría influir en el futuro del desarrollo urbano en esta área.
La decisión de suspender la operación en el cerro de San Bartolomé refleja un cambio en la estrategia del Ayuntamiento de Donostia, que parece estar priorizando la calidad de vida de los ciudadanos y la preservación del patrimonio urbano sobre el desarrollo comercial. Este enfoque podría ser un indicativo de una nueva era en la planificación urbana de la ciudad, donde la participación ciudadana y la sostenibilidad juegan un papel crucial.
El futuro del cerro de San Bartolomé y su desarrollo comercial ahora queda en manos de las negociaciones entre el Ayuntamiento y las partes interesadas. La comunidad local espera que cualquier decisión que se tome tenga en cuenta no solo los intereses económicos, sino también el bienestar de los residentes y la preservación del entorno urbano. La situación actual plantea un dilema sobre cómo equilibrar el desarrollo económico con la necesidad de mantener un entorno urbano habitable y sostenible para todos los ciudadanos de Donostia.