En los últimos años, la inmigración ha tenido un impacto significativo en el mercado laboral español, donde aproximadamente el 23% de la población está compuesta por migrantes. Este fenómeno se refleja en diversos sectores, especialmente en la agricultura, ganadería y pesca, donde más de 270,000 personas migrantes están activamente cotizando. Sin embargo, el ámbito de la construcción también ha comenzado a abrirse a estas nuevas oportunidades, como es el caso de Sara, una migrante hondureña que ha encontrado en este sector una nueva vida y un futuro prometedor.
### La Transformación de Sara: De Trabajadora del Hogar a Albañil
Sara, de 36 años, llegó a España en 2019 en busca de mejores oportunidades laborales. Como muchas mujeres migrantes, comenzó su andadura profesional en el ámbito del hogar, un sector donde aproximadamente el 42% de las trabajadoras son inmigrantes. Sin embargo, tras cinco años de trabajos como interna, se dio cuenta de que este camino no le ofrecía el futuro que deseaba. Fue entonces cuando decidió explorar el mundo de la construcción, un sector que históricamente ha sido dominado por hombres.
A pesar de no tener experiencia previa con herramientas, Sara se lanzó a la aventura y comenzó a trabajar como pintora en pequeñas obras, conocidas como ‘chapuzas’. Durante siete meses, se dedicó a esta labor hasta que una empresa le ofreció la oportunidad de trabajar como albañil de manera legal. «Para las mujeres, hay más oportunidades en la pintura que en la albañilería», comenta Sara, quien a pesar de las dificultades ha encontrado su lugar en un entorno que le permite crecer profesionalmente.
El cambio de carrera ha sido positivo para Sara, quien ahora disfruta de un salario base de 1200 euros, que puede aumentar hasta 1500 euros con horas extra. Este ingreso es considerablemente más alto que lo que ganaba en sus trabajos anteriores, lo que le ha permitido enviar dinero a su familia en Honduras y mejorar su calidad de vida en España. Además, su horario de trabajo es más favorable, con jornadas de lunes a viernes de 8 de la mañana a 6 de la tarde, lo que le brinda tiempo para sí misma y para disfrutar de su nueva vida.
### Desafíos en un Mundo Masculino
A pesar de los beneficios que ha encontrado en la construcción, Sara también ha tenido que enfrentarse a desafíos significativos, especialmente en relación con el machismo que persiste en el sector. «A veces creen que por ser mujer no puedo hacer el trabajo», confiesa. Sin embargo, sus supervisores han sido comprensivos y han mantenido un ambiente de respeto en el lugar de trabajo. Este tipo de micromachismos no solo provienen de sus colegas, sino también de su propia familia, que le ha dicho que la construcción es un «trabajo para hombres». A pesar de esto, Sara se siente empoderada y orgullosa de lo que ha logrado.
La historia de Sara es un reflejo de cómo las mujeres migrantes están comenzando a romper barreras en sectores tradicionalmente masculinos. Su experiencia demuestra que, aunque el camino puede ser difícil, la perseverancia y la determinación pueden abrir puertas a nuevas oportunidades. La construcción, un campo que alguna vez pareció inalcanzable, se ha convertido en un espacio donde Sara no solo trabaja, sino que también desafía estereotipos y contribuye al desarrollo de la sociedad española.
En un contexto donde la inmigración es a menudo vista con recelo, la historia de Sara resalta la importancia de la diversidad en el mercado laboral y cómo cada individuo, independientemente de su origen, puede aportar valor a la economía y a la comunidad. Su viaje es un testimonio de la resiliencia y la capacidad de adaptación que caracteriza a muchos migrantes en España, quienes, como ella, buscan construir un futuro mejor para sí mismos y sus familias.