La plaza Murillo, en La Paz, ha sido el escenario de un evento histórico que marca un nuevo capítulo en la política boliviana. Treinta y seis años después de que su padre, Jaime Paz Zamora, asumiera la presidencia, Rodrigo Paz Pereira ha tomado el timón del país. Este acto no solo simboliza un cambio generacional, sino que también representa un giro significativo en la dirección política de Bolivia, alejándose de la era socialista que caracterizó el gobierno de Evo Morales.
La ceremonia de asunción, que tuvo lugar en el hemiciclo de la Asamblea Legislativa Plurinacional, contó con la presencia de más de 50 delegaciones internacionales, incluyendo a los presidentes de Chile, Argentina y Paraguay, así como a la presidenta del Congreso de los Diputados de España, Francina Armengol. Este respaldo internacional subraya la importancia del momento y las expectativas que se tienen sobre el nuevo liderazgo de Paz Pereira.
Rodrigo Paz Pereira, nacido en Santiago de Compostela y con una madre española, ha acumulado una vasta experiencia política a lo largo de su carrera. A sus 58 años, ha sido diputado, concejal y alcalde de Tarija, lo que le ha proporcionado un conocimiento profundo de la realidad boliviana. Su ascenso a la presidencia fue inesperado, ya que logró una victoria sorprendente en la primera vuelta electoral, consolidando su triunfo en el balotaje de octubre pasado. Su propuesta de “socialdemocracia centrista” ha resonado entre un electorado cansado de la polarización política y en busca de soluciones pragmáticas a los problemas del país.
### Un Cambio de Paradigma en la Política Económica
Uno de los principales desafíos que enfrenta Rodrigo Paz Pereira es la crisis económica que ha afectado a Bolivia en los últimos años. La escasez de combustibles, resultado de un déficit en la producción y exportación de gas natural, ha impactado gravemente en la economía del país. Este problema se ha intensificado en 2023, cuando la falta de dólares ha restringido las importaciones de diésel y gasolina, esenciales para el funcionamiento del país.
Los expertos coinciden en que la primera tarea del nuevo presidente será garantizar el suministro de carburantes. Para ello, es crucial atraer divisas al país, lo que ha llevado a Paz a establecer acercamientos con actores internacionales, a pesar de su reticencia durante la campaña a depender de prestamistas como el Fondo Monetario Internacional (FMI) o Estados Unidos. Su reciente visita a Washington ha sido un indicativo claro de que está dispuesto a buscar apoyo externo para resolver la crisis económica.
La propuesta de Paz de un “capitalismo para todos” busca facilitar el acceso a créditos y reducir la carga tributaria y arancelaria, lo que podría estimular la inversión y el crecimiento económico. A diferencia de otros candidatos que abogaban por políticas de choque que implicarían recortes en los beneficios sociales, Paz ha optado por un enfoque más moderado, buscando mantener los logros sociales alcanzados en los últimos años.
### Relaciones Internacionales y Diplomacia
Otro aspecto crucial del mandato de Rodrigo Paz Pereira será la redefinición de las relaciones internacionales de Bolivia. A diferencia de sus predecesores, que mantuvieron una política exterior alineada ideológicamente con gobiernos de izquierda, Paz parece estar dispuesto a adoptar un enfoque más equilibrado y pragmático. Esto incluye la posibilidad de establecer relaciones más fluidas con países que no comparten su ideología política.
El nuevo presidente ha expresado su intención de mantener la participación de Bolivia en los BRICS, pero también de distanciarse de la política exterior polarizada que caracterizó el gobierno de Evo Morales. Este cambio podría abrir nuevas oportunidades para Bolivia en términos de comercio e inversión, así como mejorar su imagen en la comunidad internacional.
El analista político Raúl Peñaranda ha señalado que Paz no tiene los límites ideológicos que restringieron a sus predecesores, lo que le permitirá explorar nuevas alianzas y fortalecer la posición de Bolivia en el escenario global. Este enfoque podría ser clave para atraer inversiones y fomentar el desarrollo económico del país.
Acompañado por su vicepresidente Edmand Lara, un excapitán de la policía con alta popularidad, Rodrigo Paz tiene la tarea de reconstruir la institucionalidad boliviana, que ha sido debilitada por un modelo de democracia plebiscitaria. Este modelo, que sometía todas las decisiones a plebiscitos, ha sido criticado por socavar la legalidad y la Constitución del país. La reinstitucionalización de la democracia será un proceso complejo, pero esencial para restaurar la confianza en las instituciones y promover un gobierno más transparente y responsable.
La llegada de Rodrigo Paz Pereira a la presidencia de Bolivia representa una oportunidad para el país de reorientar su rumbo político y económico. Con un enfoque en la moderación y la inclusión, el nuevo mandatario busca superar las divisiones que han marcado la política boliviana en las últimas décadas. Su capacidad para enfrentar los desafíos económicos y redefinir las relaciones internacionales será fundamental para el futuro de Bolivia en un mundo cada vez más interconectado.
