La minería ha dejado una huella indeleble en la historia de Sopuerta, un municipio que, a lo largo de los años, ha visto cómo su paisaje y su economía se transformaban por la actividad extractiva. En el mes de octubre, se han programado diversas actividades que buscan acercar a los visitantes a este legado histórico, permitiendo revivir la época dorada de la minería en la región. Entre estas actividades destaca la Ruta de las Ferrerías, que recorrerá 27,5 kilómetros desde Muskiz hasta la Casa de Juntas de Abellaneda. Este recorrido no solo es una oportunidad para disfrutar de la naturaleza, sino también para aprender sobre la historia industrial de la zona.
La Ruta de las Ferrerías se llevará a cabo con la guía de expertos del Museo de las Encartaciones, quienes explicarán los detalles de los antiguos cotos mineros, incluyendo las minas Sorpresa, María, Cecilia y Amalia Juliana. A lo largo del trayecto, se establecerán puntos de avituallamiento para que los participantes puedan disfrutar de un descanso mientras absorben la rica historia que rodea cada uno de estos lugares. Además, se realizarán visitas a la mina Sorpresa, que estuvo en funcionamiento desde 1871 hasta 1972, y que fue explotada por el empresario Manuel Taramona. Estas visitas permitirán a los asistentes conocer de cerca la vida de los mineros y las condiciones en las que trabajaban.
La historia de Sopuerta está marcada por la llegada de la minería a principios del siglo XX, cuando la población creció rápidamente y se establecieron comunidades alrededor de las minas. En su apogeo, más de 1,500 personas vivían en los núcleos mineros de Alen, donde se desarrollaron no solo actividades laborales, sino también sociales y culturales. Las familias se organizaban en torno a la minería, y las mujeres desempeñaban un papel crucial al atender a sus seres queridos y contribuir a la economía familiar. La vida en estos núcleos mineros era intensa y, a menudo, estacional, con trabajadores que laboraban entre marzo y octubre.
La recuperación de la memoria histórica de Sopuerta no solo se limita a las minas. La comunidad ha trabajado arduamente para preservar tradiciones y lugares emblemáticos, como la ermita de Santa Lucía, que ha sido un punto de referencia para los descendientes de mineros. En 2006, un grupo de vecinos, incluido Juan Manuel Román Campos, inició un proyecto para restaurar este templo, que se encuentra parcialmente sumergido en la roca. Durante las romerías, se mantiene viva la tradición de utilizar una pila en el subsuelo para lavarse los ojos, simbolizando la conexión con el pasado y la memoria colectiva de la comunidad.
La minería en Sopuerta también ha dejado un legado de catástrofes y desafíos. Uno de los eventos más recordados es la dana de 1903, que afectó gravemente a la población y que se ha convertido en parte del patrimonio inmaterial que la comunidad busca preservar. A través de estas actividades, se pretende no solo recordar el pasado, sino también educar a las nuevas generaciones sobre la importancia de la minería en la configuración de la identidad local.
Las actividades programadas para octubre son gratuitas, pero requieren inscripción previa debido a la limitación de plazas. Los paseos, que durarán alrededor de cuatro horas, ofrecen una experiencia única para aquellos que deseen conocer más sobre la historia de Sopuerta y su relación con la minería. Esta iniciativa no solo busca atraer a turistas, sino también fomentar un sentido de pertenencia y orgullo entre los habitantes de la zona.
Además de las rutas y visitas guiadas, el proyecto incluye la publicación de un libro que recopilará textos, fotografías, planos y documentos originales relacionados con la historia minera de Sopuerta. Este libro será una herramienta valiosa para investigadores, estudiantes y cualquier persona interesada en profundizar en la historia de la minería en la región. La colaboración entre el Museo de las Encartaciones, el Ayuntamiento y el servicio de Montes de la Diputación Foral de Bizkaia ha sido fundamental para llevar a cabo estas iniciativas, que buscan revitalizar el interés por el patrimonio industrial y cultural de Sopuerta.
La minería ha sido un motor de desarrollo en Sopuerta, pero también ha dejado cicatrices en la comunidad. A medida que se avanza en la recuperación de este legado, es esencial recordar tanto los logros como los desafíos que enfrentaron aquellos que trabajaron en las minas. Las actividades programadas para octubre son una oportunidad para reflexionar sobre este pasado y para celebrar la resiliencia de una comunidad que ha sabido adaptarse y reinventarse a lo largo del tiempo. La historia de Sopuerta es un testimonio de la interconexión entre la industria, la cultura y la identidad local, y su preservación es fundamental para las futuras generaciones.