Recientemente, cuatro de los ocho españoles que formaban parte de una flotilla humanitaria hacia Gaza han regresado a España tras ser interceptados por las autoridades israelíes. Este grupo, que incluía a la diputada de Más Madrid, Jimena González Gómez, y a otras tres activistas, ha prometido continuar su lucha por romper el bloqueo de Gaza y denunciar la intervención israelí en la región. La llegada de los activistas al aeropuerto Adolfo Suárez Madrid-Barajas fue recibida con entusiasmo por sus compañeros de partido y simpatizantes, quienes celebraron su valentía y compromiso con la causa palestina.
La diputada González, al llegar, expresó su gratitud por el apoyo recibido y reafirmó su determinación de regresar a Gaza. «Gracias a la lucha de las calles. Vamos a seguir e intentar romper el bloqueo. Los gobiernos tienen que romper toda relación comercial con el Estado sionista israelí. Vamos a ir a Gaza una y otra vez y no nos van a parar», declaró. Este mensaje resuena con la creciente preocupación internacional sobre la situación en Gaza, donde las condiciones de vida han sido severamente afectadas por el conflicto y el bloqueo.
La ministra de Sanidad y líder de Más Madrid, Mónica García, también estuvo presente para recibir a los activistas. García denunció las «vejaciones y humillaciones» que sufrieron durante su detención y pidió que Israel rinda cuentas por sus acciones. «Estamos ahora en un momento en el que se ha declarado o se va a declarar la paz, pero tiene que ser una paz condicionada a que los genocidas rindan cuentas. Ante el mayor genocidio del último siglo, la comunidad internacional tiene que responder», afirmó con firmeza.
La portavoz de Más Madrid en la Asamblea, Manuela Bergerot, también se unió a la recepción, destacando el «triunfo» de las flotillas en su misión de visibilizar el sufrimiento del pueblo palestino. Bergerot hizo un llamado a la comunidad internacional para que respete los derechos políticos de los palestinos y se asegure de que cualquier anuncio de paz sea «duradero y justo».
La flotilla, que partió con la intención de llevar ayuda humanitaria a Gaza, fue interceptada por el Ejército israelí en aguas internacionales. Las embarcaciones, que incluían veleros de la iniciativa ‘Thousand Madleens’ y un antiguo ferry llamado ‘Conscience’, fueron llevadas al puerto de Asdod, donde los 145 integrantes de la flotilla fueron detenidos y trasladados a la prisión de Ktziot, en el desierto del Négev. Las condiciones de detención han sido descritas como «esperpénticas» por algunos de los activistas, quienes han compartido sus experiencias de sufrimiento y abuso durante su tiempo en prisión.
El regreso de estos activistas a España ha reavivado el debate sobre la intervención de Israel en Gaza y la necesidad de una respuesta internacional más contundente. La comunidad internacional ha sido criticada por su falta de acción efectiva ante lo que muchos consideran un genocidio en curso. La situación en Gaza sigue siendo crítica, con un acceso limitado a bienes esenciales y servicios básicos, lo que ha llevado a un deterioro significativo de las condiciones de vida de sus habitantes.
A medida que los activistas se preparan para regresar a Gaza, su determinación de continuar la lucha por los derechos de los palestinos se mantiene firme. La comunidad internacional observa con atención, esperando que su valentía inspire a otros a unirse a la causa y exigir cambios significativos en la política hacia Israel y Palestina. La presión sobre los gobiernos para que actúen y tomen una postura clara en defensa de los derechos humanos en Gaza es más urgente que nunca. La historia de estos activistas es un recordatorio de que la lucha por la justicia y la paz en la región continúa, y que la voz de quienes se atreven a desafiar la opresión puede marcar la diferencia en la búsqueda de un futuro más justo para todos.