En un reciente encuentro en San Sebastián, Stéphane Dion, exministro canadiense y arquitecto de la Ley de Claridad en Québec, compartió sus reflexiones sobre la complejidad de los procesos de secesión en democracias modernas. Su intervención se centró en la relación entre la secesión y el principio de ciudadanía, un tema que ha cobrado relevancia en diversas partes del mundo, especialmente en contextos como el de Cataluña y el propio Québec.
Dion enfatizó que, aunque la secesión puede ser un objetivo legítimo para algunos grupos, su viabilidad está condicionada por la existencia de una mayoría clara que apoye dicha decisión. «Es difícil que una secesión sea viable ya que cuestiona el principio de ciudadanía», afirmó. Este principio, según él, es fundamental en las democracias contemporáneas, donde los ciudadanos poseen derechos constitucionales que no pueden ser ignorados.
### La Ley de Claridad y su Aplicación
La Ley de Claridad, promulgada en Canadá a finales de los años 90, establece que un proceso de secesión debe ser claro y consensuado. Dion explicó que, aunque no existe un derecho unilateral a la secesión, si una mayoría clara se manifiesta a favor de la ruptura, debe abrirse un espacio para la negociación. «La Corte Suprema de Canadá, en 1998, sentó las bases para que, si una pregunta clara es respondida afirmativamente por una mayoría clara, se pueda iniciar un proceso de negociación», indicó.
Sin embargo, Dion también subrayó las dificultades inherentes a este tipo de procesos. La secesión no solo implica cuestiones políticas, sino también legales y sociales. En el caso de Québec, por ejemplo, la población indígena que habita en la región ha expresado su deseo de permanecer en Canadá, lo que complica aún más cualquier intento de separación. «Las negociaciones serían muy complejas, entrañarían problemas graves, como el reparto de la deuda o la delimitación de las fronteras», advirtió.
Dion también reflexionó sobre la aplicabilidad de la Ley de Claridad en el contexto de la Unión Europea. A diferencia de Canadá, donde la Constitución no establece la indivisibilidad del país, España tiene un artículo que habla de su unidad. Esto plantea un desafío adicional para cualquier intento de secesión en el contexto europeo. «La Unión Europea no es un país. Es un acuerdo entre países soberanos», explicó, haciendo hincapié en que cada nación tiene su propia soberanía y sus propias reglas.
### La Realidad del Soberanismo en Québec
En cuanto al estado actual del soberanismo en Québec, Dion mencionó que, a pesar de la fuerte presencia del Partido Liberal, que aboga por la unidad canadiense, todavía existen partidos que promueven la independencia, como el Bloc Quebecois y el Partido Quebecois. «Si hubiera elecciones esta noche en la provincia de Québec, el Partido Quebecois estaría en una buena posición para ganarlas con la promesa de otro referéndum», afirmó.
Sin embargo, Dion también reconoció que las encuestas actuales muestran un apoyo mayoritario a los partidos que defienden la unidad. «Los sondeos no son lo que importa. Lo que importa es el voto», subrayó, enfatizando la importancia de la participación ciudadana en la toma de decisiones.
La llegada de Donald Trump a la presidencia de Estados Unidos ha generado una reacción patriótica en Canadá, según Dion. «Con Trump ha emergido una fuerte reacción patriótica canadiense. Nos gusta ser diferentes y tener nuestra propia identidad», comentó. Esta identidad, que combina elementos de la cultura francesa y británica, es vista como un factor que puede influir en la percepción del soberanismo en Québec.
Dion también abordó la creciente diversidad multicultural en Canadá y cómo esta puede complicar la cuestión de la secesión. En ciudades como Montreal, donde coexisten diversas culturas, existe una preocupación entre los nacionalistas quebequeses sobre la preservación de la identidad francesa. «Hay una inquietud identitaria en los quebequeses de ascendencia francesa que sienten que se está perdiendo la identidad francesa», explicó. Esta preocupación puede llevar a algunos a abogar por un referéndum rápido, temiendo que la situación demográfica cambie aún más en contra de sus intereses.
La complejidad de la secesión en un contexto democrático moderno es un tema que Dion ha estudiado a fondo. A pesar de las dificultades, su postura es clara: cualquier intento de secesión debe ser abordado con un enfoque legal y claro, evitando preguntas alambicadas que puedan confundir a los votantes. La historia ha demostrado que las secesiones exitosas han ocurrido en contextos de descolonización o tras la disolución de imperios, pero en un estado democrático moderno, este tipo de situaciones aún no se han materializado.
Dion concluyó su intervención enfatizando que, aunque la secesión es un tema complejo y lleno de desafíos, es fundamental que se aborde desde el respeto a los derechos de todos los ciudadanos involucrados. La ciudadanía, en su opinión, debe ser el eje central de cualquier discusión sobre la secesión, ya que es a través de ella que se garantiza la participación y el respeto por la voluntad del pueblo.
