El próximo martes, la Armada española rendirá homenaje al cabo de marinería Juan Flores Villar, quien perdió la vida hace 41 años en un atentado perpetrado por los Comandos Autónomos Anticapitalistas. Este acto se llevará a cabo en Hondarribia, frente al lugar donde se hundió la patrullera en la que prestaba servicio. La familia Flores Villar, que ha vivido en silencio el dolor de su pérdida, se reunirá para recordar a Juan, un joven de solo 20 años que estaba a punto de finalizar su servicio militar.
### Un Atentado que Marcó una Época
El 14 de mayo de 1984, a las tres y cuarto de la madrugada, Juan Flores Villar se encontraba descansando en el interior de la lancha de la Armada PVI-19, fondeada cerca de la desembocadura del río Bidasoa. En ese momento, una explosión devastadora, causada por una bomba de cinco kilos de dinamita colocada por un submarinista, hundió la embarcación. Mientras Juan quedó atrapado en el interior, su compañero, Antonio Martínez Abella, logró saltar al agua y sobrevivir. Desde entonces, la familia Flores ha buscado respuestas sobre el atentado, que se suma a la larga lista de más de 300 asesinatos atribuidos a ETA y sus escisiones.
La familia nunca supo quién fue el responsable de la colocación de la bomba. Un comunicado de un grupo autodenominado Gatazka, que se atribuyó la autoría del atentado, denunciaba la represión en Euskadi y se oponía al servicio militar. Este acto de violencia dejó una huella imborrable en la vida de los Flores Villar, quienes han vivido con el dolor de la pérdida y la incertidumbre sobre la verdad.
### Un Homenaje Necesario
El homenaje que se llevará a cabo en Hondarribia es un paso importante para mantener viva la memoria de Juan y de otros miembros de la Armada que fueron víctimas del terrorismo. El comandante naval de San Sebastián, David Mínguez, presidirá el acto, que contará con la presencia de autoridades militares y civiles, incluyendo una representación del Ayuntamiento de Hondarribia. Mínguez ha expresado su orgullo por poder rendir homenaje a Juan Flores, destacando la importancia de recordar a quienes han dado su vida por el país.
Francisco Flores Villar, hermano de Juan, ha compartido su deseo de que su hermano no caiga en el olvido. «Para mi familia es muy importante el homenaje. Por lo menos se acuerdan de mi hermano. Se ha estado demasiado tiempo en silencio y ahora el impulso de las asociaciones de víctimas ha ayudado a sacar a muchas personas del olvido», comentó. Este acto no solo es un tributo a Juan, sino también un reconocimiento a todas las víctimas del terrorismo que han sufrido en silencio.
La familia Flores también ha expresado su deseo de que Barcelona, la ciudad natal de Juan, le rinda un homenaje similar. Francisco ha propuesto que se le dedique una calle o una plaza en su memoria, un gesto que consideraría justo y necesario. La falta de reconocimiento en su ciudad natal ha sido un dolor adicional para la familia, que busca que la memoria de Juan sea honrada en todos los rincones donde vivió y creció.
El homenaje en Hondarribia no solo se limita a Juan Flores Villar. La Comandancia Naval de San Sebastián tiene planes de colocar placas en memoria de otros miembros de la Armada que también fueron víctimas del terrorismo en Gipuzkoa. Este esfuerzo por recordar a los caídos es un paso hacia la reconciliación y el reconocimiento de las heridas aún abiertas en la sociedad española.
El acto del martes será un momento de reflexión y recuerdo, no solo para la familia Flores, sino para todos aquellos que han sido afectados por la violencia del terrorismo. La memoria de Juan Flores Villar y de sus compañeros de armas debe ser preservada, no solo como un recordatorio de los horrores del pasado, sino como un compromiso con un futuro en el que tales actos de violencia no se repitan.
La historia de Juan Flores Villar es un testimonio de la valentía y el sacrificio de aquellos que han servido a su país. Su vida, aunque truncada de manera trágica, sigue inspirando a su familia y a la comunidad, que se une para recordar y honrar su memoria. El homenaje en Hondarribia es un paso hacia la justicia y el reconocimiento que tanto merecen las víctimas del terrorismo, y un recordatorio de que la paz y la memoria son fundamentales para construir un futuro mejor.