El 30 de junio de 2025, se conmemoran tres décadas de la muerte de Rosa Zarra, una figura emblemática en la historia reciente de España, cuyo fallecimiento ha dejado una huella profunda en la memoria colectiva. En un acto organizado por la Fundación Egiari Zor, se llevará a cabo un homenaje en la plaza Ferrerías del barrio donostiarra de Amara, donde amigos, familiares y simpatizantes se reunirán para recordar su vida y el contexto trágico que rodeó su muerte. Rosa Zarra, simpatizante de la izquierda abertzale, perdió la vida tras recibir un pelotazo de goma disparado por la Ertzaintza durante unos incidentes ocurridos en 1995, en medio de una manifestación que se oponía al secuestro del empresario José María Aldaia por parte de ETA.
La historia de Rosa Zarra es un reflejo de los tiempos convulsos que vivió el País Vasco en las décadas de los 80 y 90, un periodo marcado por la violencia y la polarización política. El 22 de junio de 1995, Zarra se encontraba en la Plaza Aita Donostia, donde se desarrollaban enfrentamientos entre manifestantes pro-ETA y aquellos que protestaban contra el secuestro de Aldaia. En medio de la tensión, un disparo de la policía impactó en su abdomen, lo que la llevó a ser hospitalizada. Ocho días después, el 30 de junio, falleció, lo que desató una serie de reacciones y controversias sobre las circunstancias de su muerte.
### La Controversia en Torno a su Muerte
La versión oficial de la Ertzaintza en el momento de su muerte sostenía que Rosa Zarra había fallecido debido a una enfermedad preexistente y no por el impacto del proyectil. Sin embargo, los familiares de Zarra han luchado durante años para que se reconozca su muerte como una consecuencia directa de la violencia policial. Recientemente, el Gobierno Vasco ha reconocido a Rosa Zarra como víctima de violencia policial, un paso significativo que contradice la narrativa oficial de hace tres décadas. Este reconocimiento ha sido calificado como un acto de justicia tardía por parte de muchos, quienes ven en él un intento de reparar el daño causado a la memoria de Zarra y a su familia.
El informe médico que ha sido presentado por los familiares indica que el disparo fue realizado a una distancia de seis metros, lo que plantea serias dudas sobre la justificación del uso de la fuerza por parte de la policía en ese momento. A pesar de las evidencias, la Audiencia de Gipuzkoa archivó la denuncia presentada por la familia, lo que ha alimentado la percepción de impunidad en casos de violencia policial en el País Vasco.
### Un Homenaje que Trasciende el Tiempo
El homenaje que se llevará a cabo en Donostia no solo busca recordar a Rosa Zarra, sino también poner de relieve la lucha por los derechos humanos y la memoria histórica en el contexto del conflicto vasco. La Fundación Egiari Zor ha convocado a la ciudadanía a participar en este acto, que se espera sea un espacio de reflexión y reivindicación. La figura de Rosa Zarra se ha convertido en un símbolo de la lucha contra la violencia y la injusticia, y su historia resuena en las voces de aquellos que continúan abogando por un futuro en el que se respeten los derechos de todas las personas.
El acto de homenaje incluirá intervenciones de familiares, amigos y representantes de diversas organizaciones que han trabajado en la defensa de los derechos humanos en el País Vasco. Se espera que la plaza Ferrerías se llene de personas que, a través de su presencia, muestren su apoyo a la memoria de Zarra y a la causa por la justicia. Este tipo de eventos son cruciales para mantener viva la memoria histórica y para recordar que la lucha por la verdad y la justicia no debe cesar.
La muerte de Rosa Zarra es un recordatorio de los costos humanos de la violencia y de la importancia de la memoria colectiva en la construcción de una sociedad más justa y pacífica. A medida que se acerca el aniversario de su fallecimiento, la sociedad vasca se enfrenta a la oportunidad de reflexionar sobre su pasado y de trabajar hacia un futuro en el que se prioricen el diálogo y la reconciliación sobre la confrontación y la violencia. El homenaje a Rosa Zarra es, en última instancia, un homenaje a todas las víctimas de la violencia, y un llamado a la acción para que nunca se repitan tales tragedias en el futuro.