El Congreso de los Diputados en España ha llevado a cabo un emotivo homenaje a los cinco últimos fusilados del franquismo, un acto que se realizó en la víspera del Día de Recuerdo y Homenaje a todas las víctimas del golpe militar, la Guerra Civil y la dictadura. Este evento, sin embargo, estuvo marcado por la notable ausencia de los representantes de los partidos PP y Vox, quienes ya habían anunciado su decisión de no participar en la ceremonia. Este homenaje se centra en recordar a tres miembros del Frente Revolucionario Antifascista y Patriota (FRAP) y a dos de ETA, quienes fueron ejecutados el 27 de septiembre de 1975, poco antes de la muerte del dictador Francisco Franco.
La decisión de no asistir al homenaje por parte de PP y Vox ha generado un intenso debate en la esfera política. Mientras que el Partido Popular ha expresado su condena a las ejecuciones, también ha manifestado que no considera a los condenados como «héroes que merezcan un reconocimiento». Por su parte, Vox ha mantenido una postura firme en contra de cualquier revisión de la etapa franquista, argumentando que las leyes de memoria histórica no deben ser utilizadas para glorificar a quienes fueron condenados por terrorismo.
Los cinco hombres homenajeados, José Humberto Baena Alonso, José Luis Sánchez Bravo Solla, Ramón García Sanz, Juan Paredes Manot, conocido como ‘Txiki’, y Ángel Otaegui, fueron sentenciados a muerte tras unos consejos de guerra que no respetaron las garantías jurídicas básicas. Estos juicios, considerados injustos, admitieron pruebas falsas y se llevaron a cabo en un contexto de represión política. A pesar de la presión internacional, incluyendo peticiones de clemencia del Papa Pablo VI y de varias democracias europeas, el régimen franquista decidió ejecutar las condenas, ignorando las súplicas de justicia.
El homenaje en el Congreso fue presidido por la presidenta del Congreso, Francina Armengol, quien destacó la importancia de recordar a las víctimas del franquismo y de reflexionar sobre el pasado para construir un futuro más justo. Este acto se enmarca dentro de un esfuerzo más amplio por parte del gobierno español para reconocer y reparar el daño causado por la dictadura, un proceso que ha sido objeto de controversia y debate en la sociedad española.
La memoria histórica en España ha sido un tema candente en los últimos años, con diversas iniciativas destinadas a reconocer a las víctimas del franquismo y a promover un diálogo sobre el pasado. Sin embargo, la polarización política en torno a este tema ha dificultado el avance de estas iniciativas. La ausencia de PP y Vox en el homenaje es un reflejo de esta división, donde la interpretación de la historia y la memoria colectiva se ha convertido en un campo de batalla político.
A medida que se acerca el Día de Recuerdo y Homenaje a todas las víctimas, el gobierno español, liderado por Pedro Sánchez, ha reafirmado su compromiso con la memoria histórica. Este día se ha convertido en una oportunidad para recordar no solo a las víctimas del franquismo, sino también a aquellos que sufrieron durante la Guerra Civil y el golpe militar. La conmemoración busca fomentar la reconciliación y el entendimiento en una sociedad que aún lidia con las heridas del pasado.
El homenaje en el Congreso también ha sido una oportunidad para que los familiares de las víctimas expresen su dolor y su deseo de justicia. Muchos de ellos han luchado durante décadas para que se reconozca el sufrimiento de sus seres queridos y para que se haga justicia por los crímenes cometidos durante la dictadura. La falta de reconocimiento y reparación ha dejado una profunda huella en estas familias, que continúan buscando respuestas y justicia.
En este contexto, el papel de la memoria histórica se vuelve crucial. No solo se trata de recordar a las víctimas, sino también de educar a las nuevas generaciones sobre los peligros de la intolerancia y la represión. La historia debe ser un recordatorio de la importancia de la democracia y de los derechos humanos, valores que deben ser defendidos y promovidos en la sociedad actual.
La celebración de este homenaje en el Congreso es un paso más en la búsqueda de justicia y reconocimiento para las víctimas del franquismo. A medida que la sociedad española continúa enfrentándose a su pasado, es fundamental que se fomente un diálogo abierto y constructivo sobre la memoria histórica, que permita avanzar hacia un futuro más inclusivo y justo para todos.
 
									 
					