Las calles de varias ciudades israelíes se convirtieron en el escenario de masivas protestas este domingo, donde miles de ciudadanos exigieron al primer ministro Benjamin Netanyahu que ponga fin a la guerra en la Franja de Gaza y busque un acuerdo para la liberación de los rehenes que aún permanecen en manos de Hamás. Este movimiento social se intensifica en un contexto de creciente preocupación por la seguridad de los cautivos, tras el ataque sin precedentes de Hamás el 7 de octubre de 2023, que dejó a la nación en un estado de alerta y dolor.
La emblemática “plaza de los rehenes” en Tel Aviv se convirtió en el punto focal de estas manifestaciones. Allí, un enorme banderón israelí adornado con los rostros de los secuestrados fue desplegado, simbolizando la angustia y la esperanza de las familias que claman por el regreso de sus seres queridos. La movilización se produce en un momento crítico, ya que el gobierno israelí ha anunciado su intención de tomar el control de Gaza y de los campos de refugiados cercanos, lo que ha generado temores entre los familiares de los rehenes sobre el posible desenlace fatal de una ofensiva militar.
### La voz de las familias y la presión social
Desde primera hora de la mañana, manifestantes se congregaron frente a la residencia de Netanyahu, exigiendo que se ponga fin a la guerra y que se realicen esfuerzos concretos para traer a casa a todos los rehenes. Con pancartas que llevaban mensajes emotivos y retratos de los cautivos, los ciudadanos expresaron su deseo de que el gobierno busque una solución negociada en lugar de continuar con la escalada militar.
El presidente israelí, Isaac Herzog, se unió a la causa, haciendo un llamado a la unidad nacional y a la presión internacional sobre Hamás. En su intervención, Herzog aseguró que el pueblo de Israel no olvida a los rehenes y que se están realizando todos los esfuerzos posibles para su regreso. Sin embargo, la situación es compleja, ya que el ejército israelí ha confirmado que de los 251 rehenes capturados, 49 aún permanecen en Gaza, y se teme que 27 de ellos hayan perdido la vida.
El Foro de Familias y Desaparecidos, que representa a los allegados de los rehenes, ha sido un actor clave en la organización de estas protestas. En un comunicado, la asociación advirtió que si no se logra un acuerdo pronto, los rehenes podrían perderse para siempre. Este mensaje resonó en las calles, donde cientos de miles de ciudadanos se unieron a la huelga de solidaridad convocada por el foro, paralizando el país en un acto de reivindicación.
### Reacciones del gobierno y la oposición
Las protestas no han estado exentas de controversia. Mientras que muchos ciudadanos claman por un alto al fuego y un enfoque más humano en la resolución del conflicto, algunos miembros del gobierno han criticado abiertamente las movilizaciones. El ministro de Cultura, Miki Zohar, calificó el bloqueo de carreteras como un “grave error” y una “recompensa para el enemigo”, mientras que el ministro de Finanzas, Bezalel Smotrich, denunció que las manifestaciones sirven a los intereses de Hamás.
La policía israelí ha desplegado miles de agentes y soldados en todo el país, advirtiendo que no tolerará alteraciones del orden público. A pesar de esto, la determinación de los manifestantes ha sido evidente, con bloqueos en importantes ejes viales, incluida la autopista que conecta Tel Aviv con Jerusalén, donde se incendiaron neumáticos y se generaron atascos significativos.
La presión sobre Netanyahu es palpable, tanto a nivel interno como internacional. La guerra, que ya ha entrado en su mes 22, ha dejado un saldo devastador: más de 1.200 muertos en Israel, en su mayoría civiles, y cerca de 61.897 fallecidos en Gaza, según cifras del Ministerio de Salud de Hamás, que son consideradas fiables por la ONU. La comunidad internacional observa con atención, mientras las voces que piden un cese al fuego y una solución pacífica se hacen cada vez más fuertes.
La situación en Israel y Gaza sigue siendo crítica, y las protestas de este domingo son un reflejo del deseo de muchos israelíes de encontrar una salida a un conflicto que ha causado un sufrimiento inmenso. Las familias de los rehenes, junto con un amplio espectro de la sociedad, continúan luchando por la paz y la justicia, en un momento en que la esperanza parece ser lo único que les queda.