La situación política de Podemos Euskadi ha cambiado drásticamente desde sus inicios. En 2015 y 2016, la formación logró ser la más votada en las elecciones generales, acumulando más de 333,000 votos en cada ocasión. Sin embargo, en los recientes comicios autonómicos de abril de 2024, la situación dio un giro inesperado. Con solo 23,371 votos, lo que representa un 2.25% del total, Podemos quedó fuera del Parlamento vasco. Este resultado, calificado como un «batacazo» por su nuevo coordinador general, Richar Vaquero, ha llevado a la necesidad de replantear su estrategia y estructura interna.
La nueva dirección del partido ha decidido convocar un congreso político para el próximo otoño, con el objetivo de actualizar su ideario y establecer una nueva hoja de ruta. Este congreso se plantea como un proceso participativo, donde se invitará a todos los militantes a participar en debates y a presentar propuestas. Los temas centrales de discusión girarán en torno a cuatro ejes fundamentales: feminismo, ecologismo, republicanismo y justicia social. Vaquero ha enfatizado la importancia de construir un proyecto que tenga autonomía respecto a Madrid, lo que implica una revisión profunda de su estrategia política, especialmente en cuestiones como el modelo de país y el autogobierno.
### La Búsqueda de un Nuevo Protagonismo
El nuevo liderazgo de Podemos Euskadi se ha comprometido a «abrir ventanas» y a evitar las «promesas vacías» que han caracterizado su trayectoria reciente. La intención es recuperar el protagonismo en la política vasca y reforzar los vínculos con movimientos sociales, sindicatos y organizaciones comunitarias. En este sentido, el apoyo a la reforma fiscal pactada con el PNV y el PSE ha sido visto como un paso positivo, que busca hacer al partido «más útil, más fuerte y más influyente». Vaquero ha dejado claro que la meta no es ser un partido de oposición permanente ni una simple marca testimonial, sino convertirse en un actor relevante en la política vasca.
La reforma fiscal, que ha sido un tema candente en la agenda política, se ha presentado como una oportunidad para demostrar que Podemos puede ser parte de soluciones concretas y no solo de críticas. Este enfoque busca cambiar la percepción de la militancia y de la ciudadanía sobre el papel del partido en la política vasca. La nueva dirección está consciente de que para recuperar la confianza de los votantes, es necesario demostrar que pueden ser parte de la solución a los problemas que enfrenta la sociedad.
### Desafíos Internos y Futuro del Partido
A pesar de las intenciones de renovación, la formación enfrenta desafíos internos significativos. Las luchas intestinas que han debilitado a Podemos en los últimos años deben ser abordadas para que el partido pueda avanzar. La nueva dirección ha expresado su deseo de «poner en orden su casa» y ganar músculo antes de intentar planteamientos más ambiciosos. Esto implica no solo una revisión de su estructura interna, sino también un esfuerzo por unificar a la militancia en torno a un proyecto común.
El acercamiento a Sumar, una coalición de izquierda que ha ganado relevancia en el panorama político español, ha sido objeto de especulación. Sin embargo, la nueva dirección ha dejado claro que esta opción no está en la agenda a corto plazo. La prioridad es fortalecer la identidad de Podemos Euskadi y trabajar en su autonomía política. Esto puede ser un desafío, dado que la percepción de que el partido ha estado demasiado alineado con las decisiones de Madrid ha sido un punto de crítica constante.
La necesidad de un cambio es evidente, y el congreso que se avecina podría ser el punto de inflexión que la formación necesita. La participación activa de la militancia será crucial para definir el futuro del partido y para establecer una dirección que resuene con las preocupaciones y aspiraciones de la ciudadanía vasca. La capacidad de Podemos para reinventarse y adaptarse a las nuevas realidades políticas determinará su relevancia en el futuro cercano.
En resumen, Podemos Euskadi se encuentra en un momento crítico de su historia. Con un nuevo liderazgo y un congreso a la vista, el partido busca no solo recuperarse de un descalabro electoral, sino también redefinir su papel en la política vasca. La participación de la militancia y la capacidad de construir un proyecto sólido y autónomo serán determinantes para su éxito en los próximos años.