El ascenso meteórico de Milena Smit, originaria de Elche y nacida en 1996, ha capturado la atención del público y la crítica en el mundo del cine español. Su carrera despegó de manera inesperada hace cinco años, cuando, a los 23 años, fue seleccionada para protagonizar la película ‘No matarás’ junto a Mario Casas. Sin formación previa en interpretación, su talento natural y carisma la llevaron a ser elegida por el reconocido director Pedro Almodóvar para participar en ‘Madres paralelas’, consolidando su estatus como una de las actrices más prometedoras de su generación. Sin embargo, este rápido ascenso al estrellato no ha estado exento de desafíos personales que han moldeado su carácter y su visión de la vida.
La vida de Smit ha estado marcada por una serie de experiencias difíciles que han influido en su desarrollo personal y profesional. A pesar de su éxito en la pantalla, la actriz ha enfrentado momentos de dolor y vulnerabilidad. Recientemente, se trasladó a su ciudad natal para cuidar de su madre tras un accidente de coche, un recordatorio de que, a pesar de su fama, las relaciones familiares y el apoyo emocional son fundamentales. En una conversación sincera, Smit reflexiona sobre su vida y su nuevo proyecto, ‘Los sin nombre’, una serie dirigida por Pau Freixas que explora temas de fe y creencias ciegas.
### La Fe y el Dolor en ‘Los Sin Nombre’
En ‘Los sin nombre’, Milena Smit comparte protagonismo con Miren Ibarguren, y la trama gira en torno a desapariciones y sectas, pero, según la actriz, el verdadero núcleo de la historia es la fe. «Los personajes principales se mueven por una creencia ciega que los impulsa a seguir adelante incluso cuando todo parece desmoronarse», explica Smit. Esta temática resuena profundamente con su propia vida, donde ha tenido que encontrar su propia fe y fortaleza para superar adversidades.
La actriz ha sido abierta sobre sus luchas personales, incluyendo un aborto, una relación de maltrato y episodios de depresión. En lugar de verse como una víctima, Smit ha optado por aprender de sus experiencias. «El mayor aprendizaje ha sido aprender a habitarme. Durante mucho tiempo, tenía miedo de ser yo misma», confiesa. Este proceso de autodescubrimiento ha sido largo y doloroso, pero ha resultado en un crecimiento significativo. Ahora, Smit se siente capaz de enfrentar su dolor y felicidad sin depender de otros, un logro que considera fundamental en su vida.
«A día de hoy, soy capaz de estar sola con mi dolor o con mi felicidad. Ya no necesito a alguien que me cuide, porque ahora empiezo a poder cuidar de mí misma», afirma con determinación. Esta nueva perspectiva ha transformado su vida, permitiéndole abordar su carrera con una renovada confianza y autenticidad.
### La Lucha Contra la Perfección
Milena Smit también ha hablado sobre la presión que sienten las figuras públicas para proyectar una imagen de perfección. En un mundo donde las redes sociales a menudo muestran solo lo mejor de cada uno, la actriz se ha comprometido a ser honesta sobre sus luchas. «La vida real no es Instagram ni lo que vemos en una entrevista. Yo he hecho entrevistas diciendo que estaba en el mejor momento de mi vida y cinco minutos antes estaba con un ataque de ansiedad», revela. Esta sinceridad es un paso importante hacia la normalización de la vulnerabilidad en la industria del entretenimiento.
La actriz reconoce que, aunque no es un mandato de la industria, existe una presión constante para mostrar una imagen idealizada. Sin embargo, se siente alentada por el creciente número de colegas que se atreven a compartir sus propias luchas. «Hay una normalización de que siempre tenemos que estar bien. Pero por suerte, cada vez hay más compañeros que se atreven a decir: ‘Estoy bien porque lo estoy. O estoy mal’, y no pasa nada», comenta Smit, destacando la importancia de la autenticidad en un mundo que a menudo prioriza la apariencia sobre la realidad.
A través de su viaje, Milena Smit ha demostrado que la verdadera fortaleza no radica en la ausencia de dolor, sino en la capacidad de enfrentarlo y aprender de él. Su historia es un recordatorio de que, detrás de cada figura pública, hay una persona con sus propias batallas y vulnerabilidades. A medida que continúa su carrera, Smit se ha comprometido a compartir su experiencia para ayudar a otros, convirtiéndose en un modelo a seguir para aquellos que luchan con sus propias inseguridades y desafíos.