La artista sueca Loreen ha dejado una huella imborrable en el mundo de la música, especialmente en el ámbito de Eurovisión, donde ha triunfado en dos ocasiones con sus emblemáticas canciones «Euphoria» y «Tattoo». Su capacidad para combinar momentos de euforia y calma a través de la espiritualidad ha sido clave en su éxito. A sus 41 años, Loreen se prepara para ser la cabeza de cartel en una fiesta eurovisiva en Sitges, programada para el 3 de agosto, en el marco del Festival Terramar CaixaBank. Este evento contará también con la participación del grupo valenciano Nebulossa y la popular cantante Kuve, lo que promete una velada llena de música y energía.
La artista, que ha ganado el cariño de los eurofans de todo el mundo, se encuentra en un momento de reflexión sobre su carrera y el impacto de la política en el certamen. En una reciente entrevista, Loreen expresó su preocupación por cómo la política puede distorsionar el mensaje de amor y unión que Eurovisión busca transmitir. Consciente de la presión que algunos sectores de fanáticos ejercen, opta por un enfoque conciliador, afirmando que «hay decisiones constructivas y decisiones destructivas». Para ella, el odio y la segregación no son soluciones viables, y enfatiza que la comunidad eurovisiva debe mantenerse firme en los principios de amor, aceptación y unidad. «No se puede convertir en un nosotros contra ellos», advierte, subrayando la importancia de crear un espacio inclusivo para todos.
La espiritualidad es un tema recurrente en la vida y carrera de Loreen. En una sesión de Zoom desde su hogar, compartió su visión sobre la creatividad como un acto espiritual. «El proceso de creación es la mayor prueba de que la espiritualidad existe. Porque creas algo desde tu interior», comentó. Esta búsqueda de paz a través de la música ha sido un pilar en su trayectoria, y los momentos difíciles han sido fundamentales para su crecimiento como artista. Loreen revela que cada vez que alguien le decía que no podía hacer algo, eso encendía una chispa de rebelión en su interior, fortaleciendo su espíritu y creatividad.
La conexión que siente con su público durante las actuaciones es otro aspecto que destaca en su carrera. «La parte eufórica en el escenario es la conexión. Se crea un momento de unión, una energía recíproca. Es como si no hubiese separación entre nosotros», explica. Esta conexión es lo que la hace sentir parte de la comunidad eurovisiva, donde se siente acogida y valorada. Loreen se describe a sí misma como «una friki», similar a la icónica Bridget Jones, y se siente cómoda en su piel, sin necesidad de encajar en un molde específico. Para ella, Eurovisión es un espacio donde todos son bienvenidos, independientemente de su apariencia o forma de ser.
La artista también reflexiona sobre el significado de su canción «Tattoo», que ha resonado con el público y se ha convertido en un himno de empoderamiento. Aunque no puede identificar una influencia específica que la llevó a triunfar nuevamente en Eurovisión, reconoce su conexión personal con Barcelona, donde tiene familia y donde su música ha sido parte de la banda sonora de programas locales como Eufòria. Esta conexión emocional con la ciudad añade una capa de significado a su actuación en Sitges, donde espera compartir su música y su mensaje de amor y aceptación con el público.
El camino de Loreen ha estado marcado por la búsqueda de autenticidad y la lucha contra las adversidades. Su enfoque en la espiritualidad y la creatividad como herramientas para superar obstáculos la ha llevado a convertirse en un símbolo de resiliencia en la industria musical. A medida que se prepara para su actuación en Sitges, los fanáticos esperan ansiosos escuchar su poderosa voz y experimentar la energía única que solo Loreen puede ofrecer. Su mensaje de unidad y amor resuena más que nunca en un mundo que a menudo parece dividido, y su música sigue siendo un faro de esperanza y conexión para millones de personas en todo el mundo.