El presidente del Gobierno español, Pedro Sánchez, ha realizado una visita a Valencia para reunirse con las asociaciones de víctimas de la dana que afectó a la región el 29 de octubre. Este encuentro se produce casi siete meses después de la catástrofe, un tiempo que muchos consideran excesivo para que el líder del Ejecutivo se haga presente en la zona afectada. La reunión, que tuvo lugar en la sede de la Delegación del Gobierno, ha suscitado tanto expectativas como críticas, dado que Sánchez no ha visitado la zona cero desde el día de la tragedia.
Durante su llegada a Valencia, el presidente no ofreció declaraciones a la prensa, lo que ha generado especulaciones sobre la naturaleza de su visita. Fuentes de la Delegación del Gobierno confirmaron que el objetivo de la reunión era dar protagonismo a las asociaciones de víctimas, evitando así que la atención se centrara en su figura. Sin embargo, la ausencia de un pronunciamiento público ha llevado a muchos a cuestionar la sinceridad de su compromiso con los afectados.
La dana del 29 de octubre dejó a su paso una estela de destrucción y desolación, y la respuesta del Gobierno ha sido objeto de críticas. Durante los meses posteriores a la tragedia, Sánchez ha delegado la atención en sus ministros, quienes han visitado la zona afectada en varias ocasiones. La delegada del Gobierno en Valencia, Pilar Bernabé, ha sido la figura más visible en estos esfuerzos, lo que ha llevado a algunos a considerar que su papel ha eclipsado al de otros miembros del Ejecutivo, incluida la ministra de Política Territorial, Diana Morant.
### La Reacción de las Asociaciones de Víctimas
Las asociaciones de víctimas de la dana han expresado su descontento con la tardía visita de Sánchez. Muchos consideran que su presencia en la región debería haber sido más inmediata y que su ausencia ha contribuido a un sentimiento de abandono entre los afectados. La presidenta de la Asociación Víctimas Mortales DANA 29-0, junto con otros representantes, se reunió con el presidente para discutir las necesidades y preocupaciones de los damnificados. Sin embargo, la falta de un compromiso claro por parte del Gobierno para abordar la reconstrucción ha dejado a muchos con un sabor amargo.
La visita de Sánchez también se ha visto empañada por protestas en las inmediaciones del lugar del encuentro. Grupos de manifestantes se congregaron para expresar su descontento, coreando consignas como «Pedro Sánchez, a prisión» y «el que huye no puede volver», en referencia a su salida apresurada de Paiporta el 3 de noviembre, cuando fue recibido con críticas por parte de los vecinos que se sentían desasistidos. Esta situación ha puesto de manifiesto la polarización en torno a la figura del presidente, quien ha sido objeto de ataques tanto de la oposición como de los propios afectados.
Por otro lado, un grupo de defensores de Sánchez también se hizo presente, exigiendo la dimisión del president de la Generalitat, Carlos Mazón. Este cruce de manifestaciones refleja la tensión política que rodea a la gestión de la crisis y la percepción pública de la respuesta del Gobierno. La policía tuvo que intervenir para separar a ambos grupos, lo que subraya la carga emocional y política que sigue presente en la región tras la tragedia.
### La Agenda Política y la Reconstrucción
La visita de las asociaciones de víctimas a Bruselas, donde se reunieron con representantes de varios partidos políticos, ha reactivado la agenda de Sánchez. Este encuentro ha llevado a un compromiso por parte del Partido Popular para apoyar una iniciativa en la Comisión de Peticiones europea, que busca investigar cómo se gestionó la tragedia del 29 de octubre. Este tipo de acciones podría ser un paso hacia la rendición de cuentas y la búsqueda de soluciones para los afectados.
Sin embargo, la pregunta que persiste es si el Gobierno está realmente comprometido con la reconstrucción de las áreas devastadas por la dana. La falta de un plan claro y la percepción de que la atención se ha desviado hacia la política partidista han generado desconfianza entre los afectados. La figura de Pilar Bernabé ha cobrado relevancia en este contexto, ya que ha sido la encargada de llevar la voz de los damnificados al Gobierno, mientras que otros miembros del Ejecutivo han permanecido en un segundo plano.
La situación en Valencia es un reflejo de los desafíos que enfrenta el Gobierno en su respuesta a crisis naturales y la necesidad de una gestión más efectiva y empática. La visita de Pedro Sánchez, aunque tardía, podría ser una oportunidad para reiniciar el diálogo con las víctimas y establecer un camino hacia la recuperación. Sin embargo, la percepción pública y la respuesta de las asociaciones de víctimas serán determinantes para evaluar el éxito de esta iniciativa.