La situación en Gaza ha alcanzado niveles críticos, lo que ha llevado a un cambio en la postura de varios países europeos respecto a la relación con Israel. Durante casi 80 días, el Gobierno de Benjamin Netanyahu bloqueó la entrada de ayuda humanitaria, lo que ha generado una creciente preocupación entre los Estados miembros de la Unión Europea. Recientemente, Israel ha accedido a permitir la entrada de una cantidad mínima de alimentos, medicinas y combustible, pero esta medida ha sido considerada insuficiente por la alta representante de Asuntos Exteriores de la UE, Kaja Kallas, quien la calificó como «una gota en el océano».
La presión sobre Israel ha ido en aumento, especialmente después de que varios países, incluidos España e Irlanda, comenzaran a exigir una revisión del Acuerdo de Asociación entre la UE e Israel. Este acuerdo, que entró en vigor en el año 2000, establece que el respeto de los derechos humanos es una condición fundamental para la cooperación entre ambas partes. Sin embargo, la falta de acción por parte de la UE en respuesta a la crisis humanitaria en Gaza ha llevado a un cambio en la dinámica política dentro del bloque.
### La creciente presión de los Estados miembros
La situación en Gaza ha llevado a una «creciente masa crítica» de Estados miembros a considerar la necesidad de evaluar el Acuerdo de Asociación con Israel. Diplomáticos europeos han señalado que la situación es dramática, con más de dos millones de palestinos en riesgo crítico de hambruna. El ministro francés de Exteriores, Jean Noël Barrot, describió Gaza como «un moridero, por no decir un cementerio». Este tipo de declaraciones reflejan la urgencia de la situación y la necesidad de una respuesta más contundente por parte de la UE.
Uno de los países que ha cambiado su postura es Países Bajos, que históricamente ha sido un aliado cercano de Israel. Su ministro de Exteriores, Caspar Veldkamp, ha enviado una carta a Kaja Kallas en la que argumenta que el bloqueo humanitario en Gaza viola el derecho humanitario internacional. Esta carta es un indicativo del cambio de actitud que se está produciendo entre algunos miembros de la UE, quienes ahora consideran que es necesario revisar el acuerdo que regula las relaciones con Israel.
Además de Países Bajos, otros países como Francia, Suecia, Portugal, Eslovenia, Finlandia, Bélgica y Luxemburgo también han expresado su apoyo a la revisión del Acuerdo de Asociación. La presión se ha intensificado, y varios ministros de Exteriores han reclamado acciones concretas para abordar la situación en Gaza. El ministro español de Asuntos Exteriores, José Manuel Albares, ha sido uno de los más vocales en este sentido, instando a la UE a utilizar todos sus instrumentos diplomáticos para presionar a Israel.
### La respuesta de la UE y sus desafíos
A pesar de la creciente presión, la mayoría política necesaria para suspender el Acuerdo de Asociación con Israel aún parece lejana. Sin embargo, el cambio de paradigma es notable, y los países que abogan por una revisión del acuerdo buscan reunir al menos catorce Estados miembros para forzar a la Comisión Europea a reaccionar. Esta reacción podría incluir una evaluación de la relación con Israel o una explicación sobre por qué no se llevará a cabo dicha evaluación.
La alta representante de la UE, Kaja Kallas, ha reconocido que se espera una discusión «muy dura» sobre Gaza en las próximas reuniones. La situación es compleja, ya que hay sensibilidades diferentes entre los Estados miembros. Países como Italia, Alemania y Hungría no comparten la misma urgencia que otros, lo que complica la posibilidad de alcanzar un consenso.
Sin embargo, el debate sobre la situación en Gaza está comenzando a abrirse. El presidente francés, Emmanuel Macron, ha calificado la situación de «vergonzosa» y ha afirmado que la idea de suspender la cooperación con Israel es una «cuestión abierta» en la UE. Esta declaración es un indicativo de que, aunque el camino hacia una acción decisiva puede ser complicado, la presión sobre Israel está aumentando y la UE podría estar en un punto de inflexión en su relación con el país.
La situación en Gaza es un recordatorio de la complejidad de las relaciones internacionales y de cómo las crisis humanitarias pueden influir en la política exterior. A medida que la presión sobre Israel aumenta, la UE se enfrenta al desafío de equilibrar sus principios de derechos humanos con sus intereses estratégicos en la región. La evolución de la opinión pública y política en Europa podría marcar un cambio significativo en la forma en que la UE aborda el conflicto israelí-palestino y la crisis humanitaria en Gaza.