La ciudad de Orduña, en la provincia de Bizkaia, se prepara para una de sus festividades más esperadas: la bajada del Morrillón, un evento que se celebra cada 15 de agosto en el marco de las fiestas de la calle Barria. Este singular personaje, que se lanza desde un edificio con su característico atuendo de txapela, paraguas y puro, ha capturado la atención y el cariño de los habitantes y visitantes de la localidad durante más de 50 años. La figura del Morrillón es encarnada por Carlos Bergado, quien ha asumido este papel durante los últimos 16 años, convirtiéndose en un símbolo de la festividad.
La historia del Morrillón se remonta a los años 70, cuando la Peña La Barca decidió dar un toque especial a las celebraciones del 15 de agosto. Joaquín Ibáñez, conocido como Morillo, fue el primer Morrillón y se lanzó por una soga desde un edificio de la calle Barria, sin ningún tipo de arnés de seguridad. Su valentía y originalidad hicieron que esta tradición se consolidara, y desde entonces, diferentes personajes han tomado el relevo. Tras la muerte de Ibáñez, Avelino Fernández asumió el papel hasta su fallecimiento, y finalmente, Carlos Bergado se convirtió en el Morrillón actual.
### La Expectación de la Bajada
La bajada del Morrillón es un evento que genera gran expectación entre los habitantes de Orduña. A medida que se acerca la fecha, los niños de la ciudad comienzan a buscar a Carlos Bergado por las calles, pidiéndole caramelos y mostrando su entusiasmo por la inminente celebración. Este año, la festividad cobra un significado especial para Bergado, quien ha decidido rendir homenaje a Jon Partera Basurko, el profesional que se encargaba de instalar la tirolina y que falleció trágicamente en un accidente de moto. «Este año me tiraré, y Jon estará conmigo en mis pensamientos», afirma Bergado, quien ha mantenido viva la tradición a pesar de las dificultades.
Las festividades comienzan el 14 de agosto, con un programa que incluye actividades para toda la familia. Desde el lanzamiento del txupinazo hasta juegos infantiles, bingo popular y cine al aire libre, la calle Barria se transforma en un espacio de celebración y alegría. El día principal, el 15 de agosto, arranca con un estruendo de cohetes que anuncian la llegada de la jornada festiva. Entre los eventos destacados se encuentran curiosos concursos, como el de peladura de patatas y el lanzamiento de txapela, que atraen la participación de los vecinos.
### La Emoción de la Bajada
La culminación de las festividades llega con la esperada bajada del Morrillón. A las 21:30 horas, Carlos Bergado se descolgará desde una altura de 14 metros, vestido con su indumentaria tradicional. La emoción se apodera de la plaza, donde centenares de personas se congregan para presenciar el momento. Un foco ilumina su figura mientras desciende, proyectando su silueta sobre la fachada del Hotel Balneario. Este instante es uno de los más esperados del año, y la alegría de los asistentes se hace palpable con aplausos y vítores.
Una vez en tierra firme, el orduñés José Luis Biguri interpretará una jota relacionada con el Morrillón, dando paso a un momento de celebración y agradecimiento. Las felicitaciones, las fotos y los recuerdos para aquellos que ya no están se convierten en parte integral de la festividad. La jornada continúa con una verbena y la actuación de un DJ, asegurando que la celebración se extienda hasta el 16 de agosto, con actividades que incluyen una misa en la ermita del Buen Suceso y visitas a la Residencia de la Tercera Edad para compartir momentos de alegría con los más mayores.
La bajada del Morrillón no solo es un evento que marca el inicio de las fiestas en Orduña, sino que también simboliza la unión de la comunidad y el legado de tradiciones que perduran a lo largo del tiempo. La figura de Carlos Bergado como Morrillón se ha convertido en un referente para los más jóvenes, quienes ven en él un ejemplo de dedicación y amor por su ciudad. La festividad, con su mezcla de emoción, nostalgia y alegría, continúa siendo un pilar fundamental en la vida cultural de Orduña, recordando a todos la importancia de celebrar y mantener vivas las tradiciones locales.