La Torre de Londres es uno de los monumentos más emblemáticos de la capital británica, situada a orillas del río Támesis. Este antiguo castillo no solo es un atractivo turístico, sino también un lugar cargado de historia y misterio. A menudo, los visitantes se sorprenden al descubrir que la Torre no es solo un edificio, sino un complejo de estructuras que han sido añadidas a lo largo de los siglos, muchas de ellas con un trasfondo siniestro.
La historia de la Torre comienza con Guillermo de Normandía, quien la mandó construir tras su victoria en la batalla de Hastings en 1066. Originalmente, su propósito era proteger el territorio y controlar la navegación por el Támesis. Desde entonces, ha sido testigo de numerosos eventos históricos, convirtiéndose en un símbolo de la monarquía británica.
Uno de los aspectos más inquietantes de la Torre es su uso como prisión y lugar de ejecución. Durante más de 700 años, este recinto fue el escenario de torturas, intrigas y ejecuciones de figuras prominentes de la historia inglesa. La Torre Blanca, la estructura más antigua del complejo, fue donde muchos prisioneros encontraron su trágico destino. Entre las víctimas se encuentran personajes célebres como Ana Bolena, Thomas More y Jane Grey, quienes fueron decapitados en el famoso Prado de la Torre.
La Capilla de San Juan Evangelista, ubicada en el segundo piso de la Torre Wakefield, es otro lugar de interés. Se dice que aquí fue asesinado Enrique VI mientras rezaba. Este espacio, además de ser un lugar de culto, también se convirtió en el lugar de enterramiento de muchos prisioneros ejecutados, lo que añade un aire de misterio y tristeza al lugar.
Los relatos de fantasmas son comunes entre los visitantes de la Torre. Muchos aseguran haber visto las apariciones de figuras históricas como Ana Bolena y los príncipes de la Torre, Eduardo V y Ricardo, quienes desaparecieron misteriosamente en el siglo XV. Los guías turísticos a menudo relatan estas historias para añadir un toque de dramatismo a la visita, y algunos turistas afirman haber sentido presencias extrañas en los pasillos oscuros.
A pesar de su oscuro pasado, la Torre de Londres también alberga tesoros impresionantes. La Jewel House, que se encuentra al norte de la Torre, es el hogar de las joyas de la corona británica. La colección incluye la Imperial State Crown, que cuenta con un diamante de 317 quilates, y el Cetro de San Eduardo, que es una de las piezas más impresionantes, pesando 40 kilos y hecho completamente de oro.
El último prisionero famoso de la Torre fue Rudolf Hess, el lugarteniente de Hitler, quien fue encarcelado allí en 1941 tras aterrizar en Escocia en un intento de negociar la paz. Su historia añade un capítulo más a la rica y a menudo oscura narrativa de la Torre de Londres.
Visitar la Torre es como caminar a través de un libro de historia. Cada rincón cuenta una historia de traición, poder y tragedia. Los muros de piedra, que han resistido la prueba del tiempo, son testigos silenciosos de los horrores que han tenido lugar en su interior. La Torre de Londres no es solo un monumento; es un recordatorio de la compleja y a menudo sangrienta historia de Inglaterra.