La relación entre el expresidente Donald Trump y la Reserva Federal (Fed) ha estado marcada por la controversia y la tensión desde que asumió el cargo. En un nuevo capítulo de esta saga, Trump ha intensificado su ataque contra la Fed, pidiendo la renuncia de Lisa Cook, una de las gobernadoras del banco central. Este movimiento no solo refleja su deseo de influir en la política monetaria, sino que también plantea preguntas sobre la independencia de la Fed y las posibles repercusiones económicas de estas acciones.
### La Estrategia de Trump para Influir en la Fed
La reciente demanda de Trump para que Lisa Cook dimita se produce en un contexto en el que las actas de la reunión de la Fed de julio revelan una fractura en la unanimidad que había caracterizado las decisiones del banco central. Cook, quien es la primera mujer negra en ocupar un puesto en la Fed, ha sido objeto de acusaciones no confirmadas de fraude hipotecario, que Trump ha utilizado como justificación para su exigencia. En sus redes sociales, el expresidente no dudó en pedir su dimisión, lo que ha generado un debate sobre la ética y la legalidad de tales presiones.
La situación se complica aún más con la intervención de Bill Pulte, director de la Agencia Federal de Financiación de Vivienda (FHFA), quien afirmó que su oficina había iniciado una investigación sobre Cook. Pulte alegó que Cook había falsificado documentos para obtener un crédito más favorable, lo que llevó a que la información fuera remitida al Departamento de Justicia para una posible acción penal. Esta táctica de acoso penal, que Trump ha sugerido también contra el presidente de la Fed, Jerome Powell, plantea serias preocupaciones sobre la independencia del banco central y su capacidad para operar sin interferencias políticas.
La Fed, que actualmente mantiene los tipos de interés entre el 4,25% y el 4,50%, se encuentra en una encrucijada. Trump ha estado presionando para que se reduzcan los tipos como una forma de mitigar los efectos negativos de los aranceles en la economía estadounidense. Sin embargo, los expertos advierten que la intervención en la política monetaria puede tener consecuencias desastrosas, tanto a corto como a largo plazo. La independencia de la Fed es fundamental para mantener la estabilidad económica, y cualquier intento de socavarla podría resultar en una pérdida de confianza en las instituciones financieras del país.
### La Respuesta de la Reserva Federal y sus Gobernadores
A pesar de la presión ejercida por Trump, Lisa Cook ha dejado claro que no tiene intención de renunciar. Su mandato se extiende hasta 2038, y su alineación con Jerome Powell en la política de mantener los tipos de interés sugiere que está dispuesta a resistir las embestidas del expresidente. Las actas de la reunión de julio también revelan que otros gobernadores, como Christopher Waller y Michelle Bowman, han comenzado a expresar opiniones divergentes sobre la política monetaria, lo que indica que la Fed podría estar enfrentando una nueva era de desacuerdos internos.
La reciente dimisión de Adriana Kruger, otra gobernadora de la Fed, ha abierto la puerta a Trump para nominar a un candidato que comparta su visión. Stephen Miran, el nominado, deberá ser ratificado por el Senado, lo que podría cambiar la dinámica de poder dentro de la Fed. Si Trump logra colocar a más de sus candidatos en la junta, podría tener una mayoría que le permita influir en las decisiones monetarias de manera más efectiva.
La situación actual es un reflejo de la complejidad de la política económica en Estados Unidos. La Fed se enfrenta a desafíos significativos, incluyendo la inflación y el mercado laboral, y debe equilibrar estos factores al tomar decisiones sobre los tipos de interés. Mientras tanto, la presión política de Trump añade una capa adicional de complicación a un proceso que tradicionalmente ha sido independiente de la influencia política.
La tensión entre Trump y la Fed no solo es un tema de interés político, sino que también tiene implicaciones directas para la economía estadounidense. La forma en que se desarrollen estos acontecimientos podría afectar la confianza de los inversores, la estabilidad del mercado laboral y, en última instancia, la salud económica del país. La independencia de la Reserva Federal es crucial para garantizar que las decisiones económicas se tomen en función de datos y análisis, y no de presiones políticas. A medida que se acercan las elecciones, la batalla por el control de la política monetaria probablemente se intensificará, y el resultado de esta lucha podría tener repercusiones duraderas para la economía estadounidense.