La Semana de la Moda de París se ha consolidado como uno de los eventos más esperados en el calendario de la moda, y la edición de primavera-verano 2026 no ha decepcionado. Este año, el foco estuvo en los debuts y en cómo los diseñadores han decidido rendir homenaje a sus predecesores mientras exploran nuevas direcciones creativas. Uno de los momentos más destacados fue la presentación de Pierpaolo Piccioli en Balenciaga, un evento que prometía ser un hito tras la salida de Demna Gvasalia hacia Gucci.
### La Transformación de Balenciaga bajo Pierpaolo Piccioli
La llegada de Piccioli a Balenciaga se esperaba con gran expectación, ya que el diseñador italiano se enfrentaba al desafío de revitalizar una marca que había abrazado el streetwear de manera intensa. Sin embargo, en lugar de romper con el pasado, Piccioli optó por una propuesta que respeta la herencia de la casa, continuando el legado de Gvasalia. La colección presentada se caracterizó por un equilibrio entre la sofisticación y la modernidad, incorporando elementos de la estética contemporánea sin caer en la nostalgia.
Entre las piezas más destacadas se encontraban los vaqueros, chanclas y gafas futuristas, que mantenían el espíritu del streetwear que ha definido a Balenciaga en los últimos años. Sin embargo, Piccioli también hizo un guiño a la historia de la marca, haciendo referencia a trajes icónicos como el vestido ‘saco’ de 1957. Esta fusión de pasado y presente se tradujo en una colección que no solo es relevante, sino que también rinde homenaje a Cristóbal Balenciaga, el fundador de la casa.
El enfoque de Piccioli se basa en la idea de que una pieza de moda solo tiene valor si se adapta a la realidad actual. Así, los cortes arquitectónicos que hicieron famosa a la marca se reinterpretan para ser pertinentes en el contexto contemporáneo. Esta visión ha llevado a Balenciaga a un nuevo nivel, donde la herencia se celebra sin sacrificar la innovación.
### Otras Propuestas Destacadas en la Semana de la Moda
La Semana de la Moda de París no solo se limitó a Balenciaga. En Valentino, Alessandro Michele continuó el legado de Piccioli con una propuesta que mantiene la elegancia y el estilo retro que lo caracteriza. Las faldas de cintura alta, blusas de gasa y vestidos de encaje fueron protagonistas en la pasarela, mostrando un enfoque que respeta la estética de la marca mientras introduce elementos frescos.
Por otro lado, Chemena Kamali sorprendió al romper con la silueta fluida que había dominado Chloé en años anteriores. La diseñadora optó por el drapeado, presentando vestidos estructurados de popelín de algodón y tops abullonados. Los detalles delicados, como las grandes lazadas y los estampados florales inspirados en los archivos de la casa de los años cincuenta y sesenta, aportaron un aire nostálgico a la colección, pero con un giro moderno.
Hermès, bajo la dirección de Nadège Vanhée, también hizo olas al reinterpretar su herencia con un enfoque sensual. La diseñadora se inspiró en una silla de montar de la Camarga francesa, creando piezas de cuero en forma de arnés que se combinaron con faldas y chaquetas acolchadas. Esta colección no solo rinde homenaje a la tradición ecuestre de la marca, sino que también la moderniza, haciéndola relevante para el público actual.
Finalmente, Lacoste presentó su cuarta colección bajo la dirección de Pelagia Kolotouros, titulada ‘El vestuario’. Esta propuesta fusionó el ADN deportivo de la marca con una elegancia renovada, presentando polos reinventados, texturas inesperadas y colores vibrantes. La colección refleja un cambio significativo en la dirección de Lacoste, mostrando que la marca está dispuesta a evolucionar y adaptarse a las tendencias contemporáneas.
La Semana de la Moda de París de primavera-verano 2026 ha sido un escaparate de creatividad y homenaje, donde los diseñadores han encontrado formas innovadoras de rendir tributo a sus predecesores mientras exploran nuevas direcciones. Con propuestas que van desde la sofisticación de Balenciaga hasta la elegancia retro de Valentino, el evento ha reafirmado su lugar como un punto de referencia en el mundo de la moda, donde la historia y la modernidad coexisten en perfecta armonía.
