La situación en Siria ha cambiado drásticamente desde el final del régimen de Bashar al Asad. Con la llegada de Ahmed el Sharaa como nuevo presidente de la República Árabe, el país busca redefinir su papel en la región y establecer relaciones más constructivas con sus vecinos, especialmente Israel y Líbano. Este cambio de enfoque se produce en un contexto donde las sanciones y el aislamiento internacional han comenzado a ceder, permitiendo a Siria explorar nuevas oportunidades diplomáticas.
### La Búsqueda de Acuerdos con Israel
Uno de los movimientos más significativos en la política exterior de Siria es el acercamiento a Israel. A pesar de un pasado marcado por la hostilidad y los conflictos, las recientes negociaciones entre Damasco y Tel Aviv han abierto la puerta a la posibilidad de acuerdos que podrían transformar la dinámica en Oriente Medio. En un encuentro discreto en París, el ministro de Exteriores sirio, Asad Shaibani, se reunió con su homólogo israelí, Ron Dermer. Este tipo de reuniones, aunque no son comunes, indican un interés mutuo en avanzar hacia una relación más estable.
Israel, por su parte, está interesado en cerrar los Acuerdos de Abraham con Siria, a pesar de las tensiones históricas. La reciente intervención militar israelí en Siria, que ha incluido bombardeos a bases del régimen de al Asad, ha complicado las relaciones, pero también ha resaltado la necesidad de un diálogo. La presión de Washington para facilitar un encuentro entre el nuevo liderazgo sirio y el primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu, refleja el deseo de los Estados Unidos de estabilizar la región y fomentar la paz.
El contexto de estas negociaciones es complejo. La presencia de una comunidad drusa significativa en el sur de Siria ha sido un punto de fricción, y la protección de estos grupos por parte de Israel ha llevado a intervenciones militares en el pasado. Sin embargo, el nuevo liderazgo sirio parece dispuesto a explorar un camino diferente, buscando un equilibrio entre la cooperación y la soberanía nacional.
### Fortaleciendo la Relación con Líbano
Además de su acercamiento a Israel, Siria también está buscando mejorar sus lazos con Líbano. El nuevo presidente El Sharaa ha expresado su intención de “desarrollar, mejorar y activar” las relaciones diplomáticas entre ambos países. Esta iniciativa es crucial, ya que Líbano alberga a miles de desplazados sirios y tiene en sus cárceles a muchos detenidos que El Sharaa desea repatriar.
La cooperación entre Siria y Líbano podría abarcar múltiples áreas, incluyendo el comercio, la energía y la reconstrucción. Damasco imagina un futuro donde ambos países intercambien embajadores y trabajen juntos en proyectos económicos conjuntos. Esta visión de colaboración es especialmente relevante en un momento en que Siria necesita apoyo para su reconstrucción tras años de guerra civil.
Sin embargo, Líbano se mueve con cautela. Su relación futura con Siria dependerá en gran medida de la presión externa, especialmente de Estados Unidos y Arabia Saudí. Además, el país enfrenta sus propios desafíos internos y la constante amenaza que representa Israel. La delicada situación política en Líbano, marcada por divisiones sectarias y crisis económicas, complica cualquier intento de acercamiento a Damasco.
El nuevo enfoque de Siria hacia sus vecinos refleja un cambio en la estrategia del país, que busca salir del aislamiento y encontrar un nuevo encaje en la región. La combinación de la diplomacia con Israel y la mejora de las relaciones con Líbano podría ser clave para la estabilidad futura de Siria y su reintegración en el contexto regional.
A medida que se acercan eventos internacionales como la Asamblea General de la ONU, donde se espera que El Sharaa participe, el mundo estará observando de cerca cómo se desarrollan estas relaciones. La posibilidad de un apretón de manos entre líderes que alguna vez fueron adversarios podría simbolizar un nuevo capítulo en la historia de Oriente Medio, donde la diplomacia y la cooperación se convierten en herramientas esenciales para la paz y la estabilidad.