En el contexto político actual de Euskadi, las juventudes de diferentes organizaciones de izquierda están en una intensa lucha por atraer a nuevos militantes y reforzar sus proyectos. La disolución de ETA y el declive de los movimientos surgidos tras el 15-M han dejado un vacío que estas organizaciones intentan llenar, centrándose en temas que preocupan a la ciudadanía, como la vivienda y la economía. Ernai, la organización juvenil de Sortu, se ha posicionado claramente a favor de la independencia de Euskadi, marcando una línea divisoria con su principal rival, Gazte Koordinador Sozialista (GKS).
La reciente celebración del Topagune en Berriozar, donde Ernai reunió a alrededor de 3,000 jóvenes, ha puesto de manifiesto las diferencias ideológicas entre estas dos organizaciones. Amaiur Egurrola, portavoz de Ernai, criticó abiertamente a GKS por no defender la independencia de Euskadi, afirmando que su enfoque internacionalista y su aspiración a una «revolución socialista en Europa» no se alinean con las prioridades de la juventud vasca. Este enfrentamiento no es solo ideológico, sino que también refleja una lucha por el control de la narrativa política en un momento en que la juventud busca respuestas a sus preocupaciones más inmediatas.
### La Estrategia de Ernai: Enfocándose en la Independencia
Ernai ha adoptado una estrategia que combina la lucha por la independencia con la atención a las necesidades sociales de la juventud. La organización busca atraer a nuevos militantes enfatizando que su objetivo es llevar el proceso independentista hasta sus últimas consecuencias. Durante el Topagune, Egurrola destacó que el marco de acción de Ernai es Euskal Herria, y que su lucha está intrínsecamente ligada a la liberación nacional. Este enfoque busca conectar con una juventud que, aunque preocupada por temas como la vivienda, también anhela un futuro en el que Euskadi sea un estado independiente.
La crítica hacia GKS no se limitó a la falta de apoyo a la independencia. Markel Rio, otro portavoz de Ernai, acusó a la organización comunista de simplificar la realidad política y de impugnar la estrategia de la coalición abertzale. Según Rio, la lucha en Euskal Herria ha creado condiciones únicas que permiten avanzar en el autogobierno, algo que no se puede replicar en otras regiones. Este discurso se alinea con la narrativa de EH Bildu, que ha enfatizado los beneficios de un gobierno progresista en España para avanzar en la agenda vasca.
### La Respuesta de GKS y el Movimiento Socialista
La respuesta de GKS y sus aliados no se hizo esperar. Peio Ormazabal, portavoz de Euskal Herriko Kontseilu Sozialista (EHKS), descalificó las afirmaciones de Ernai, acusándolos de ser parte de un «partido de la despolitización» y de estar más enfocados en la integración autonomista que en la lucha real por la independencia. Ormazabal enfatizó que la estrategia de Ernai es una «total integración autonomista» y que su relación con el PSOE y otros actores políticos demuestra una falta de compromiso con los ideales socialistas.
Además, Karla Pisano, portavoz del Sindicato Socialista de Vivienda, subrayó que la asistencia a los Topagunes de Ernai ha disminuido significativamente en los últimos años, sugiriendo que la organización está perdiendo relevancia entre la juventud. Este comentario resuena con la preocupación creciente sobre la vivienda, un tema que ha cobrado protagonismo en la agenda política de Euskadi. La movilización del Sindicato Socialista de Vivienda, que reunió a miles de personas en Donostia para exigir que la vivienda sea un derecho y no un negocio, refleja el descontento generalizado entre la población joven.
Mientras tanto, el Movimiento Socialista, que ha crecido en popularidad y ha comenzado a extenderse más allá de Euskadi, también ha estado organizando eventos para atraer a nuevos militantes. La reciente reunión en Guadalajara, donde se congregaron alrededor de 2,000 personas, demuestra que hay un interés creciente en la lucha por el socialismo entre los jóvenes de diferentes regiones. Este evento, al igual que el Topagune de Ernai, incluyó debates políticos, conciertos y actividades deportivas, lo que sugiere que la movilización juvenil se está diversificando y adaptando a las necesidades de la nueva generación.
La tensión entre Ernai y GKS es un reflejo de un panorama político en evolución en Euskadi, donde las preocupaciones sobre la vivienda y la educación están en el centro del debate. Ambas organizaciones están llamadas a demostrar su capacidad para conectar con una juventud que busca respuestas a sus inquietudes, mientras navegan por un paisaje político cada vez más complejo y competitivo. A medida que se acercan las movilizaciones del 1 de mayo, es probable que estas diferencias ideológicas se intensifiquen, llevando a un debate aún más profundo sobre el futuro de Euskadi y el papel de la juventud en la construcción de ese futuro.