El 17 de octubre de 2025, Tirana se convirtió en el epicentro de una manifestación masiva que reunió a miles de personas de diversas partes de los Balcanes y de la diáspora albanesa en apoyo a los cuatro exlíderes del Ejército de Liberación de Kosovo (UÇK) que enfrentan cargos de crímenes de guerra y contra la humanidad. La plaza de Skanderbeg, un lugar emblemático de la capital albanesa, fue el escenario donde se alzaron voces clamando por la libertad de Hashim Thaçi, Jakup Krasniqi, Kadri Veseli y Rexhep Selimi, quienes han estado encarcelados en La Haya durante cinco años. Este evento no solo fue una manifestación de apoyo, sino también una expresión de identidad y unidad entre los albaneses, tanto en Kosovo como en Albania y en el extranjero.
La afluencia de manifestantes fue impresionante, con caravanas de vehículos que se dirigían a Tirana desde Pristina, la capital de Kosovo. Los asistentes, muchos de ellos excombatientes del UÇK, llegaron en autobuses y coches, creando un ambiente festivo que contrastaba con el tráfico caótico de la ciudad. Las banderas del UÇK y de Albania ondeaban en el aire, mientras que el lema “Unë jam UÇK” resonaba entre la multitud. Este lema, que se traduce como “Yo soy UÇK”, simboliza no solo el apoyo a los líderes encarcelados, sino también un fuerte sentido de pertenencia y orgullo nacional.
La manifestación fue organizada por una asociación de veteranos del UÇK, y su éxito se vio reflejado en la gran cantidad de personas que se congregaron en la plaza, que abarca cerca de 30,000 metros cuadrados. La presencia de figuras políticas y militares, así como la proyección de imágenes de los acusados en una gran pantalla, contribuyó a la atmósfera de solemnidad y determinación. Los manifestantes, en su mayoría hombres, llevaban uniformes militares y gorros tradicionales, y entonaban el himno nacional albanés, creando un ambiente de camaradería y unidad.
### La Dimensión Internacional del Apoyo al UÇK
La manifestación en Tirana no solo fue un evento local, sino que también tuvo resonancia internacional. La presencia de banderas estadounidenses junto a las del UÇK refleja la profunda admiración que muchos albaneses sienten hacia Estados Unidos, considerado un aliado clave en la lucha por la independencia de Kosovo. La relación entre Albania y Estados Unidos ha sido históricamente fuerte, y la manifestación fue una oportunidad para reafirmar ese vínculo. Algunos manifestantes expresaron su deseo de que el actual presidente de Estados Unidos, Joe Biden, interviniera en favor de los líderes del UÇK, lo que pone de manifiesto la esperanza de que la comunidad internacional continúe apoyando su causa.
Las acusaciones que enfrentan los líderes del UÇK han sido objeto de controversia. Durante la manifestación, se mencionaron las acusaciones de tráfico de órganos humanos, que algunos consideran infundadas y parte de una campaña de desinformación impulsada por intereses serbios y rusos. Esta narrativa fue reforzada por varios oradores en el evento, quienes argumentaron que el UÇK fue un aliado de la OTAN y que sus acciones durante la guerra de Kosovo fueron justificadas en el contexto de la defensa de su pueblo.
La presidenta de Kosovo, Vjosa Osmani, también mostró su apoyo a la manifestación, describiendo la lucha del UÇK como una “guerra justa por la libertad”. Este respaldo político es significativo, ya que refleja la postura oficial del gobierno kosovar respecto a la historia reciente y la legitimidad de la lucha por la independencia. La figura del expresidente albanés Alfred Moisiu, quien a sus 95 años se dirigió a la multitud, añadió un peso histórico al evento, al denunciar las acusaciones contra los líderes del UÇK como infundadas y manipuladas por fuerzas externas.
### La Identidad Albanesa y el Futuro de Kosovo
La manifestación también fue un reflejo de la identidad albanesa y de las aspiraciones de unificación entre Albania y Kosovo. Muchos de los asistentes compartían la visión de una “Gran Albania”, un concepto que ha sido objeto de debate y controversia en la región. La presencia de personas de diversas partes de los Balcanes, incluidos aquellos de Macedonia del Norte y Montenegro, subraya la complejidad de la identidad albanesa y las aspiraciones territoriales que persisten en la región.
Un excombatiente del UÇK, al ser preguntado sobre su experiencia en la guerra, destacó que la lucha fue por la identidad y la libertad de su pueblo. Su respuesta refleja un sentimiento compartido por muchos en la manifestación: la lucha por la independencia no solo fue militar, sino también cultural y social. La guerra de Kosovo fue un momento decisivo en la historia de la región, y la memoria de aquellos que lucharon sigue viva en la conciencia colectiva de los albaneses.
Sin embargo, no todos comparten la misma visión sobre el futuro de Kosovo. Algunos, como Tahir Halilaj, expresaron su preocupación por el auge del islamismo en la región, lo que podría complicar las relaciones entre las comunidades. Esta diversidad de opiniones dentro de la comunidad albanesa resalta la complejidad de la identidad y las aspiraciones políticas en los Balcanes.
La manifestación del 17 de octubre fue un evento significativo que no solo abogó por la libertad de los líderes del UÇK, sino que también reafirmó la identidad albanesa y las aspiraciones de unidad en una región marcada por la historia y la política. La respuesta de la comunidad internacional y el futuro de Kosovo seguirán siendo temas de debate y análisis en los próximos años, mientras los albaneses continúan buscando reconocimiento y apoyo en su camino hacia la consolidación de su identidad y soberanía.
