En la noche del lunes al martes, un nuevo ataque aéreo ruso ha dejado al menos 15 muertos en Kyiv, la capital de Ucrania. Este ataque se produce en un contexto de creciente tensión y violencia entre Rusia y Ucrania, justo antes de la cumbre del G7 que se lleva a cabo en Canadá. La administración militar de Kyiv ha denunciado que múltiples oleadas de drones y misiles han golpeado varios barrios de la ciudad, causando daños significativos a infraestructuras civiles, incluyendo un jardín de infancia y edificios de apartamentos.
El portavoz ucraniano, Timur Tkahenko, informó que se contabilizaron al menos 12 ataques en cinco distritos de la capital. La situación es alarmante, ya que el número de heridos asciende a 44, y el alcalde Vitali Klichkó ha señalado que la mayoría de las víctimas se encuentran en el distrito Solomianski, donde un dron impactó en el techo de un edificio residencial. La magnitud de este ataque ha llevado a las autoridades a cerrar brevemente los aeropuertos de Moscú, donde las defensas antiaéreas lograron interceptar dos drones ucranianos que se dirigían a la ciudad.
### Contexto de la Escalada de Violencia
Este ataque aéreo se produce en un momento crítico, coincidiendo con la cumbre del G7, donde los líderes de las naciones más industrializadas se reúnen para discutir temas globales, incluida la guerra en Ucrania. El ministro de Exteriores ucraniano, Andrii Sibiha, ha acusado a Vladimir Putin de lanzar este ataque de manera intencionada para enviar un mensaje de desafío a los líderes del G7, quienes han instado a Rusia a detener las hostilidades. Sibiha ha declarado que el objetivo de Putin es hacer que los líderes del G7 parezcan débiles ante la agresión rusa, lo que subraya la complejidad de la situación geopolítica actual.
El presidente ucraniano, Volodímir Zelenski, quien participa en la cumbre, ha calificado estos ataques como actos de terrorismo y ha instado a una respuesta internacional contundente. En su mensaje, Zelenski ha enfatizado que el mundo debe actuar como una comunidad civilizada frente a los actos terroristas, lo que refleja la desesperación de Ucrania por obtener apoyo internacional en su lucha contra la agresión rusa.
Además de Kyiv, otras regiones de Ucrania también han sido blanco de ataques. En la provincia de Zaporiyia, se han reportado al menos cuatro ataques, mientras que en Odesa, un ataque ha dejado un muerto y 17 heridos. Según el Gobierno ucraniano, Rusia ha utilizado un total de 440 drones y 32 misiles en esta ofensiva, lo que indica una intensificación de la campaña militar rusa.
### Respuesta Internacional y Negociaciones
A pesar de la escalada de violencia, las negociaciones entre Rusia y Ucrania se han reanudado en Estambul, aunque sin resultados significativos hasta el momento. Desde mayo, ambos países han mantenido conversaciones directas, pero los ataques mutuos continúan. Durante la noche del lunes, Ucrania lanzó al menos 198 drones contra diez regiones de Rusia, de los cuales muchos fueron interceptados y destruidos por las defensas rusas. El alcalde de Moscú, Serguéi Sobianin, ha informado sobre la caída de restos de drones en la ciudad, aunque no se han reportado daños ni víctimas.
La situación en la región de Moscú ha llevado a la suspensión temporal de las operaciones en varios aeropuertos, una medida que se ha tomado como precaución ante la amenaza de ataques aéreos. Esta es la segunda vez en menos de un mes que la región de Moscú enfrenta un ataque de drones ucranianos, lo que refleja la creciente capacidad de Ucrania para llevar a cabo operaciones en territorio ruso.
La guerra entre Rusia y Ucrania ha alcanzado un punto crítico, con ambos lados intensificando sus ataques aéreos y manteniendo una retórica beligerante. La comunidad internacional observa con preocupación, mientras los líderes del G7 se preparan para discutir cómo abordar esta crisis que no solo afecta a Ucrania, sino que también tiene implicaciones globales en términos de seguridad y estabilidad económica. La respuesta de los países del G7 a la agresión rusa será crucial para determinar el rumbo futuro del conflicto y la seguridad en Europa.