En la era digital, donde la información fluye a una velocidad vertiginosa, la capacidad de discernir entre noticias verídicas y falsas se ha convertido en una habilidad esencial. Un reciente estudio realizado por académicos de la Facultad de Ciencias Económicas, Empresariales y de la Comunicación de la Universidad Europea ha puesto de manifiesto cómo los rasgos de personalidad influyen en la habilidad de los individuos para identificar noticias falsas. Este análisis, que se centra en estudiantes de periodismo y comunicación, revela diferencias significativas en la capacidad de detección de fake news, lo que plantea interrogantes sobre la educación mediática y la responsabilidad individual en la era de la información.
La investigación, titulada «Explorando la confluencia neurocomunicativa: análisis de la interdependencia entre rasgos de personalidad y patrones de consumo informativo en la detección de noticias falsas», utiliza el enfoque del eneagrama para categorizar a los participantes según sus características personales. Los resultados son reveladores: existe una brecha de hasta 30 puntos porcentuales en la capacidad de identificar bulos entre los diferentes perfiles de personalidad. Según el profesor Ignacio Sacaluga, esta diferencia puede ser crucial, ya que determina si una persona comparte desinformación o la detiene a tiempo.
### Diferencias en la Detección de Fake News
El estudio ha identificado varios perfiles de personalidad que afectan la capacidad de detectar noticias falsas. Los «Triunfadores», que se caracterizan por su orientación al logro y su enfoque en el contraste de datos, y los «Pacificadores», que buscan la armonía y consideran múltiples perspectivas, son los más efectivos, alcanzando casi un 70% de aciertos. Esta habilidad se debe a su tendencia a contrastar información antes de aceptarla y a su capacidad para evaluar diferentes puntos de vista, lo que los hace menos susceptibles a la manipulación emocional.
Por otro lado, los «Individualistas», que son creativos y emocionales, y los «Investigadores», que tienden a analizar en profundidad pero pueden atascarse en los detalles, apenas superan el 40% de aciertos. Esta baja capacidad puede atribuirse a su sensibilidad emocional y a su enfoque analítico que les impide realizar un contraste rápido de la información. Entre estos extremos, se encuentran los perfiles «Leal» y «Entusiasta», que muestran variaciones en su capacidad de detección dependiendo del tema tratado.
El estudio también destaca que la temática de la noticia influye en la capacidad de detección. Por ejemplo, en temas relacionados con la salud y el COVID-19, la mayoría de los perfiles logran identificar bulos con mayor precisión. Sin embargo, en áreas como la política o la inmigración, la tasa de errores se incrementa notablemente. Esto sugiere que la familiaridad y el interés en un tema específico pueden mejorar la capacidad de discernimiento.
### El Papel de las Redes Sociales en la Desinformación
Las redes sociales han emergido como uno de los principales vehículos de desinformación. Plataformas como WhatsApp, Facebook y X son citadas como las principales fuentes de noticias falsas, lo que plantea un desafío significativo para la educación mediática. Según el profesor José Jesús Vargas, la exposición constante a contenidos no verificados y el consumo masivo y poco crítico en estas plataformas debilitan la capacidad de los usuarios para detectar fake news. Los algoritmos de estas redes priorizan el contenido que genera reacciones emocionales inmediatas, creando burbujas de confirmación que facilitan la propagación de mensajes manipulados.
El estudio revela que un alarmante 29% de los futuros periodistas admiten no saber distinguir entre una noticia real y una falsa. Esta falta de habilidades críticas subraya la necesidad urgente de incorporar asignaturas de fact-checking y análisis de fuentes en los programas educativos. Los académicos sugieren que no basta con enseñar redacción; es fundamental entrenar a los estudiantes en la capacidad de contrastar información, adaptando la enseñanza a las fortalezas y debilidades de cada perfil de personalidad.
Los investigadores proponen el uso del eneagrama como herramienta para personalizar el aprendizaje y potenciar la detección de bulos. Al entender cómo cada tipo de personalidad aborda la información, se pueden desarrollar estrategias educativas más efectivas. Por ejemplo, los Triunfadores y Pacificadores pueden ser utilizados como modelos de buenas prácticas en la verificación de datos y la evaluación de diferentes perspectivas.
En un mundo donde la desinformación se propaga rápidamente, cultivar una actitud escéptica pero constructiva es esencial. Diversificar las fuentes de información y practicar el fact-checking de manera habitual son recomendaciones clave para frenar el avance de las fake news. La transparencia informativa se presenta como un pilar fundamental para restaurar la confianza en los medios y en la información que consumimos diariamente. La educación mediática, adaptada a las características individuales, puede ser la clave para empoderar a los ciudadanos en su lucha contra la desinformación.