El Valencia CF se encuentra en un momento crucial de su historia, ya que ha encargado a la empresa CBRE la venta de los terrenos del actual Mestalla. Este movimiento se produce en el contexto de la previsión de que el club se traslade al Nou Mestalla en el verano de 2027. La superficie edificable de la parcela es de aproximadamente 90,000 m², con un valor estimado de al menos 150 millones de euros. Sin embargo, esta situación no siempre fue así. En el pasado, los dirigentes del club tenían expectativas mucho más altas sobre el valor de estos terrenos, lo que llevó a una serie de eventos que marcaron la historia reciente del Valencia CF.
### Expectativas Desmesuradas y Promesas Vacías
En el año 2008, el entonces presidente del Valencia CF, Vicente Soriano, junto con su vicepresidente Miguel Zorío, anunciaron en una Junta General de Accionistas que habían vendido el estadio Mestalla por 300 millones de euros. Esta afirmación, que resultó ser falsa, fue un intento de mostrar que el club estaba en una situación financiera más sólida de lo que realmente estaba. Soriano, en un tono solemne, afirmaba que el acuerdo estaba firmado y que solo faltaba la formalización del mismo. Sin embargo, no reveló el nombre del comprador, alegando un acuerdo de confidencialidad.
La realidad era muy diferente. En noviembre de 2008, el Valencia CF estaba en una situación financiera crítica, con deudas acumuladas y sin un comprador real para los terrenos de Mestalla. A pesar de las afirmaciones de Soriano, la venta nunca se concretó y, en cuestión de meses, tanto él como Zorío se vieron obligados a dimitir debido a la presión y la incapacidad de manejar la crisis económica del club. La situación se tornó insostenible, y el club se vio obligado a buscar soluciones drásticas para evitar el concurso de acreedores.
### La Burbuja Inmobiliaria y sus Consecuencias
La burbuja inmobiliaria que estalló en 2008 tuvo un impacto devastador en el mercado de bienes raíces en España, y el Valencia CF no fue la excepción. Antes de la crisis, el club había fijado un precio de venta de 275 millones de euros para los terrenos de Mestalla, pero con el colapso del mercado, esas expectativas se desvanecieron rápidamente. La situación financiera del club se deterioró aún más, y se vio obligado a poner a la venta su paquete de acciones de la Fundación del Valencia, bajo la presión de Bankia, su principal acreedor.
A partir de ese momento, el club pasó por una serie de cambios de dirección y propietarios. En 2014, Soriano y Zorío intentaron nuevamente atraer inversores, anunciando la llegada de un grupo de inversión que prometía 500 millones de euros. Sin embargo, este anuncio resultó ser otro engaño, ya que nunca se concretó. La historia de promesas incumplidas continuó, y el club se vio atrapado en un ciclo de inestabilidad financiera y cambios de liderazgo.
En 2019, el máximo accionista del Valencia CF, Peter Lim, también intentó vender los terrenos de Mestalla a la cooperativa ADU Mediterráneo por 113 millones de euros, pero la pandemia de 2020 truncó este intento. Actualmente, el club busca vender la parcela por un precio de 150 millones, una cifra que refleja la realidad del mercado inmobiliario actual y la necesidad urgente del Valencia CF de estabilizar su situación financiera.
La historia de la venta de Mestalla es un claro ejemplo de cómo las expectativas desmesuradas y la falta de transparencia pueden llevar a una crisis en un club de fútbol. Los dirigentes del Valencia CF, en su afán por mostrar un panorama optimista, hicieron promesas que nunca se cumplieron, lo que resultó en una pérdida de confianza por parte de los aficionados y una crisis de identidad para el club. A medida que el Valencia CF avanza hacia su futuro en el Nou Mestalla, es crucial que los nuevos líderes aprendan de los errores del pasado y trabajen para restaurar la credibilidad y la estabilidad financiera del club.