La final de la Copa del Rey ha generado una gran controversia en el mundo del fútbol español, especialmente entre el Real Madrid y el Comité Técnico de Árbitros (CTA). La tensión comenzó cuando el club blanco decidió no asistir a ciertos actos previos al partido, lo que fue interpretado como un plantón a la Real Federación Española de Fútbol (RFEF). La situación se intensificó tras las declaraciones de los árbitros Ricardo de Burgos Bengoetxea y Pablo González Fuertes, quienes se manifestaron sobre los vídeos emitidos por Real Madrid TV, lo que provocó la indignación del club.
A pesar de la controversia, el Real Madrid finalmente confirmó su participación en la final contra el FC Barcelona, que se llevará a cabo en La Cartuja. En un comunicado oficial, el club dejó claro que su decisión de no asistir a la rueda de prensa y otros actos no era un acto de rebeldía, sino una respuesta a lo que consideraron «inadmisibles declaraciones» por parte de los árbitros.
La situación se volvió más compleja cuando el presidente de LaLiga, Javier Tebas, reaccionó a la decisión del Real Madrid, afirmando que lo sucedido no era representativo del verdadero espíritu del fútbol, sino más bien un intento de control de poder. Esta declaración añadió más leña al fuego en un ambiente ya tenso.
Las horas siguientes estuvieron marcadas por una serie de comunicados y reacciones. Los árbitros, en un intento de calmar la situación, emitieron un comunicado respaldando a De Burgos Bengoetxea y González Fuertes, reafirmando su compromiso con la integridad del juego. Sin embargo, esto no fue suficiente para aplacar la indignación del Real Madrid, que continuó defendiendo su postura.
Los periodistas presentes en la sala de prensa también se vieron envueltos en la polémica, ya que se enteraron del plantón del Real Madrid en el último momento. Muchos expresaron su sorpresa y confusión ante la situación, que no había sido vivida anteriormente en un contexto tan importante como una final de Copa del Rey.
Por otro lado, el Atlético de Madrid no perdió la oportunidad de cargar contra su eterno rival, emitiendo un breve comunicado en redes sociales que criticaba la actitud del Real Madrid y su impacto en la imagen del fútbol español. En medio de esta tensión, el Celta de Vigo también se unió a la conversación, bromeando sobre la posibilidad de que ellos fueran convocados para jugar en la final, lo que subrayó la atmósfera de rivalidad y tensión que rodeaba el evento.
A medida que se acercaba la hora del partido, el presidente del CTA, Medina Cantalejo, se mostró confiado en que la final se llevaría a cabo sin problemas, afirmando que todos los involucrados deseaban que el partido se disputara. A pesar de las tensiones, la RFEF se mantuvo firme en su decisión de no cambiar a los árbitros, lo que dejó claro que la controversia no se resolvería fácilmente.
El Real Madrid, por su parte, había considerado solicitar un cambio de árbitros, pero la RFEF se mostró inflexible en su postura. Esto dejó al club en una situación complicada, ya que se sentían descontentos con la designación de los árbitros, pero al mismo tiempo, sabían que no había vuelta atrás en la decisión de la federación.
La polémica alcanzó su punto máximo cuando se conoció el motivo del plantón del Real Madrid, que fue revelado en un comunicado oficial. El club acusó a los árbitros de hacer declaraciones que consideraban inapropiadas y que afectaban su imagen. Esta situación puso de relieve la creciente tensión entre los clubes y las autoridades del fútbol en España, un tema que ha sido recurrente en los últimos años.
En resumen, la final de la Copa del Rey se ha convertido en un escenario de confrontación entre el Real Madrid y el CTA, con múltiples reacciones y comunicados que han alimentado la controversia. A medida que se acerca el día del partido, todos los ojos estarán puestos en cómo se desarrollará este enfrentamiento, tanto en el campo como fuera de él.