En el ámbito de las relaciones amorosas, es común que muchas personas se encuentren atrapadas en un ciclo de atracción hacia individuos que generan incertidumbre. Este fenómeno, que puede parecer romántico a primera vista, es en realidad un reflejo de la ansiedad emocional que provoca la falta de claridad en la relación. La psicóloga Roser Gort, experta en salud mental, ha abordado este tema, explicando cómo la neurociencia puede ayudarnos a entender por qué a menudo nos sentimos más atraídos por quienes nos hacen dudar que por aquellos que nos ofrecen estabilidad y cuidado.
### La Ciencia Detrás de la Atracción
La atracción hacia personas impredecibles puede ser interpretada como un deseo intenso, pero Gort señala que, en muchos casos, este deseo es en realidad una manifestación de ansiedad. Cuando una persona es inconsistente en sus acciones o emociones, el cerebro responde liberando dopamina, el neurotransmisor asociado con el placer y la recompensa. Esta liberación de dopamina se activa especialmente en situaciones donde la recompensa es incierta, lo que significa que cuanto más impredecible es una persona, más intensa se vuelve nuestra atracción hacia ella.
Este fenómeno se puede observar en la dinámica de las relaciones donde hay señales contradictorias. La incertidumbre genera un subidón químico que el cerebro interpreta como deseo. Sin embargo, Gort advierte que esta confusión puede llevar a muchas personas a buscar relaciones poco saludables, donde lo impredecible se convierte en una fuente de adicción emocional. La búsqueda de certeza en medio de la confusión puede transformarse en una obsesión que se confunde con amor.
### La Calma como Aburrimiento
Un aspecto interesante que Gort destaca es la percepción errónea que muchas personas tienen sobre la estabilidad emocional. Para algunos, lo predecible y lo seguro se asocia con el aburrimiento. Esta distorsión puede ser especialmente prevalente en individuos que han crecido en entornos inestables, donde el drama y la incertidumbre eran la norma. En estos casos, el cerebro asocia el amor con el caos y la inestabilidad, mientras que la calma se percibe como apatía.
La psicóloga explica que esta interpretación errónea puede llevar a repetir patrones dañinos en las relaciones. Las personas que no están familiarizadas con la estabilidad emocional pueden rechazar a quienes les ofrecen un amor sano y seguro, prefiriendo en su lugar a aquellos que les generan ansiedad. Esta tendencia puede resultar en un ciclo de relaciones tóxicas, donde la intensidad emocional se confunde con amor verdadero.
Gort enfatiza la importancia de reconocer estos patrones y cuestionar por qué elegimos a quienes nos hacen daño. La atracción hacia lo confuso y lo intenso puede ser una trampa emocional que nos aleja de relaciones saludables y satisfactorias. Es fundamental que las personas reflexionen sobre sus experiencias pasadas y cómo estas han moldeado sus expectativas en el amor.
La neurociencia también nos enseña que la dopamina no responde tanto a lo que obtenemos, sino a la expectativa de lo que podríamos obtener. Esto significa que las relaciones con señales contradictorias y falta de claridad pueden resultar adictivas emocionalmente. La incertidumbre se convierte en un motor que alimenta el deseo, creando un ciclo vicioso que puede ser difícil de romper.
### Reflexiones Finales
La advertencia de Gort es clara: confundir intensidad con amor puede llevar a relaciones insatisfactorias y dañinas. Aunque el drama y la confusión pueden parecer emocionantes, no siempre conducen a una conexión saludable. Es esencial que las personas trabajen en la identificación de sus patrones afectivos y se pregunten por qué se sienten atraídas por quienes les generan ansiedad, mientras ignoran a aquellos que les ofrecen estabilidad y respeto.
En última instancia, la comprensión de la relación entre la dopamina, la ansiedad y la atracción puede ser un primer paso hacia la construcción de relaciones más saludables. Reconocer que lo que sentimos no siempre es amor, sino una respuesta a la incertidumbre, puede ayudarnos a tomar decisiones más informadas en nuestras vidas amorosas. La clave está en aprender a valorar la estabilidad emocional y a identificar las señales de advertencia que pueden indicar una relación tóxica.