La reciente reunión de la comisión de investigación del Parlamento de Navarra ha generado un gran revuelo en el ámbito político y social de la comunidad. Este organismo se ha establecido con el objetivo de examinar la legalidad de las adjudicaciones en la obra pública, específicamente en relación con el denominado ‘caso Cerdán’. La decisión de no citar a comparecer a las presidentas de las últimas legislaturas ha suscitado críticas y acusaciones de falta de transparencia.
**Composición y Función de la Comisión**
La comisión está compuesta por once miembros, entre los cuales se encuentran representantes de los partidos PSN, Geroa Bai y Bildu. Estos partidos han unido sus fuerzas para evitar que la actual presidenta, María Chivite, y sus predecesoras, Uxue Barkos y Yolanda Barcina, sean llamadas a declarar. Esta decisión ha sido justificada por el portavoz de Bildu, Adolfo Arraiz, quien argumentó que «pedir comparecencias por pedir no es lo más correcto», aunque dejó abierta la posibilidad de que se convoquen en el futuro si se considera necesario.
La oposición, por su parte, ha calificado esta decisión como un «escándalo» y ha denunciado un supuesto «pacto de no agresión» entre los socios del Gobierno. Javier Esparza, de UPN, y Irene Royo, del PP, han expresado su preocupación por lo que consideran un intento de vaciar la investigación de contenido significativo. Esta situación ha puesto de manifiesto las tensiones políticas en la comunidad y ha generado un debate sobre la necesidad de una mayor transparencia en la gestión pública.
**El Plan de Trabajo y las Comparecencias**
El plan de trabajo aprobado en la segunda sesión de la comisión establece que las primeras comparecencias se llevarán a cabo el 14 de octubre. Se han programado dos sesiones semanales, los martes y miércoles, lo que permitirá un análisis más exhaustivo de las adjudicaciones realizadas en las últimas cuatro legislaturas, desde 2011. La presidenta de la comisión ha señalado que se dará un plazo hasta el 15 de septiembre para que diversas instituciones, como el Gobierno de Navarra y el Senado, remitan la documentación solicitada.
Se ha acordado citar a aproximadamente 40 personas, entre las que se encuentran figuras clave como Santos Cerdán, Antxon Alonso y Koldo García. Sin embargo, la presencia de José Luis Ábalos ha sido rechazada, lo que ha generado más críticas por parte de la oposición. La lista de comparecientes incluye también a miembros de la mesa de contratación de Belate, así como a exconsejeros y directivos de empresas involucradas en las adjudicaciones.
El proceso de citación se llevará a cabo mediante un aviso formal de la Presidencia del Parlamento, con un mínimo de quince días de antelación. En caso de que una persona no comparezca, se deberá reiterar la citación, lo que añade un nivel de formalidad y seriedad al proceso. Además, se ha advertido a todos los participantes que faltar a la verdad en una comisión de investigación puede conllevar penas de prisión o multas, lo que subraya la importancia de la veracidad en este tipo de procedimientos.
La creación de esta comisión de investigación es un paso significativo en el esfuerzo por garantizar la transparencia y la legalidad en la gestión de la obra pública en Navarra. Sin embargo, la controversia en torno a la exclusión de las presidentas de las últimas legislaturas plantea preguntas sobre la efectividad y la imparcialidad del proceso. La capacidad de la comisión para llevar a cabo una investigación exhaustiva y objetiva será crucial para restaurar la confianza pública en las instituciones y en la gestión de los recursos públicos.
A medida que se acerque la fecha de las comparecencias, la atención de los medios y de la ciudadanía se centrará en cómo se desarrollará este proceso y qué implicaciones tendrá para el futuro político de Navarra. La presión sobre los miembros de la comisión será alta, ya que cualquier indicio de falta de transparencia o de encubrimiento podría tener repercusiones significativas en la percepción pública de la gestión del Gobierno.
La situación actual en Navarra es un reflejo de las complejidades inherentes a la política regional, donde las alianzas y los desacuerdos pueden influir en la dirección de las investigaciones y en la rendición de cuentas. La evolución de esta comisión será un tema a seguir de cerca, ya que podría marcar un precedente en la forma en que se manejan las investigaciones sobre la corrupción y la legalidad en la administración pública.