En la impresionante geografía de los Arribes del río Duero, en Salamanca, se encuentra una de las obras de infraestructura más destacadas de España: la central hidroeléctrica de Aldeadávila. Esta central no solo es un hito arquitectónico, sino que también juega un papel crucial en la estabilidad del sistema eléctrico nacional. Con una presa de 386 hectáreas y una capacidad de almacenamiento de 114 hectómetros cúbicos de agua, Aldeadávila se ha convertido en un referente en la producción de energía hidroeléctrica en el país.
### Innovación y Eficiencia Energética
La central hidroeléctrica de Aldeadávila está compuesta por dos instalaciones: Aldeadávila I, inaugurada en 1962, y Aldeadávila II, que comenzó a operar en 1986. Ambas centrales se sitúan a 140 metros de profundidad, donde se encuentran las turbinas que generan electricidad. Este diseño no solo es funcional, sino que también permite que la central aproveche uno de los mayores desniveles naturales del río Duero, lo que maximiza su eficiencia.
Uno de los aspectos más destacados de Aldeadávila II es su capacidad de arranque en negro. Esto significa que, a diferencia del 99% de las centrales eléctricas que requieren energía externa para iniciar su operación, Aldeadávila puede generar electricidad de manera autónoma. Durante el apagón del 28 de abril, esta capacidad fue fundamental para reactivar el sistema eléctrico español. Ramón Delpuy, jefe de generación de la cuenca del Duero de Iberdrola, explica que la central inyectó tensión en la red, permitiendo que otras centrales y subestaciones comenzaran a funcionar nuevamente.
La central no solo es vital para la producción de energía, sino que también representa un 8% de toda la producción hidroeléctrica de España. En su máxima capacidad, puede abastecer a 733,000 hogares, lo que la convierte en una pieza clave del eje Duero-Francia, esencial para las conexiones de reposición del sistema eléctrico nacional. Además, su diseño modular permite ajustar la potencia según la demanda, lo que la hace aún más estratégica en un contexto de creciente necesidad de energía renovable.
### Un Escenario Cinematográfico
La central hidroeléctrica de Aldeadávila no solo es conocida por su importancia energética, sino también por su atractivo visual y cultural. Su imponente estructura ha sido escenario de numerosas producciones cinematográficas, incluyendo títulos icónicos como «Doctor Zhivago» y «Terminator 6», así como la popular saga de «Fast & Furious». La majestuosidad de sus turbinas, que se encuentran a 140 metros bajo el agua, crea un impacto visual comparable al de una gran catedral, lo que ha atraído la atención de cineastas y publicistas por igual.
La versatilidad de la central es otro de sus puntos fuertes. Las turbinas pueden funcionar tanto en modo de generación de electricidad como en modo de bombeo. Esto significa que pueden utilizar el exceso de energía renovable en la red para elevar el agua desde la presa inferior de Saucelle, actuando así como una de las mayores baterías naturales de energía en España. Esta capacidad de almacenamiento y recuperación de energía es esencial en un mundo donde la transición hacia fuentes de energía más limpias y sostenibles es cada vez más urgente.
El 28 de abril, mientras la mayoría de los españoles se enfrentaban a la incertidumbre del apagón, los 22 trabajadores de la central estaban preparados para actuar. Gracias a los simulacros de arranque en cero que habían realizado, el equipo pudo ejecutar el protocolo de manera eficiente. Clodoaldo Rodríguez, jefe de la central, destaca que, aunque la situación real fue diferente a los simulacros, la preparación y la experiencia del equipo fueron clave para asegurar que la inyección de energía al sistema eléctrico se realizara sin contratiempos.
La capacidad de Aldeadávila para crear «islas de luz» que se unen progresivamente para restaurar la normalidad en el sistema eléctrico es un testimonio de su importancia en la infraestructura energética de España. La colaboración con otras centrales, como la de Endesa en Cataluña, también fue crucial para garantizar la seguridad de otras infraestructuras críticas, como las nucleares.
La central hidroeléctrica de Aldeadávila no solo es un símbolo de la ingeniería moderna, sino que también representa un modelo de cómo las infraestructuras pueden adaptarse a las necesidades cambiantes de la sociedad. Su capacidad para generar energía de manera autónoma y su papel en la producción de energía renovable la convierten en un pilar fundamental para el futuro energético de España.