La comparecencia del presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, en el Senado ha generado una gran expectación y ha sido objeto de intensos debates. Este evento se enmarca en la comisión de investigación del caso Koldo, donde se han planteado numerosas preguntas sobre la gestión y las prácticas del PSOE en relación con pagos en efectivo y otros temas controvertidos. La sesión ha estado marcada por un cruce de acusaciones y defensas que han mantenido a los medios y al público en vilo.
Uno de los momentos más destacados de la comparecencia fue cuando el senador del PP, Alejo Miranda, sometió a Sánchez a un intenso interrogatorio. Durante cerca de 50 minutos, Miranda cuestionó al presidente sobre la veracidad de las afirmaciones del PSOE y las acusaciones de corrupción que han surgido en torno a la figura de Koldo García, un ex alto cargo del partido. La tensión fue palpable, y las respuestas de Sánchez se centraron en desmentir las acusaciones, afirmando que el PSOE no tiene pagos sin documentar, a pesar de que informes de la UCO sugieren lo contrario.
### Acusaciones de Acoso y Estrategias de Defensa
El ministro de Presidencia y Justicia, Félix Bolaños, defendió a Sánchez, denunciando lo que calificó como «acoso, violencia verbal y grosería» por parte de la oposición. Según Bolaños, este comportamiento no solo es un ataque personal hacia el presidente, sino que también representa un «descrédito definitivo» para la Cámara Alta. En su mensaje, Bolaños enfatizó que el PP es responsable de arrastrar las instituciones democráticas por el barro, sugiriendo que su estrategia se basa en la deslegitimación de la figura del presidente.
Sánchez, por su parte, se mostró firme en su defensa, rechazando las acusaciones de que el PSOE haya utilizado dinero en efectivo para pagos no documentados. Afirmó que cualquier gasto realizado estaba debidamente justificado y que el partido opera con una financiación limpia. Sin embargo, la oposición no se mostró convencida, y las preguntas continuaron fluyendo, especialmente en relación con el uso de fondos en efectivo y la gestión de Ábalos, un exministro que ha estado en el centro de varias controversias.
Durante el interrogatorio, Sánchez admitió haber cobrado sobres como secretario general del PSOE, pero matizó que estos eran para liquidar gastos y que estaban justificados. Esta declaración generó un nuevo aluvión de preguntas por parte de los senadores, quienes insistieron en la necesidad de claridad sobre la naturaleza de estos pagos y su legalidad.
### La Estrategia de la Oposición
La oposición, liderada por el PP y Vox, ha utilizado la comparecencia para cuestionar la integridad del Gobierno y la transparencia del PSOE. Los senadores de Vox, en particular, no escatimaron en acusaciones, sugiriendo que Sánchez se estaba burlando de los españoles al no responder de manera directa a las preguntas planteadas. Ángel Pelayo Gordillo, senador de Vox, acusó a Sánchez de «eludir el control parlamentario» y de ser incompatible con cualquier práctica democrática.
A medida que avanzaba la sesión, Sánchez se vio obligado a defender su gestión y a desviar las acusaciones hacia la oposición, recordando escándalos pasados del PP. Esta estrategia de defensa, aunque efectiva en algunos momentos, también fue criticada por su falta de concreción en las respuestas a las preguntas directas sobre el caso Koldo.
La senadora de UPN, Mari Mar Caballero, intentó obtener respuestas claras sobre la relación del PSOE con la prostitución y otros escándalos, pero se encontró con evasivas y respuestas que no abordaban directamente las preocupaciones planteadas. Sánchez, en su defensa, calificó las preguntas de «capciosas» y argumentó que el Gobierno está comprometido con el feminismo, lo que generó más controversia en torno a la gestión de Ábalos y su relación con actividades ilícitas.
La comparecencia de Sánchez en el Senado no solo ha puesto de relieve las tensiones políticas actuales, sino que también ha evidenciado la polarización en el debate político español. Con más de 270 periodistas acreditados para cubrir el evento, la atención mediática ha sido intensa, y las repercusiones de esta sesión se sentirán en el futuro inmediato de la política española. A medida que se desarrollan los acontecimientos, la presión sobre el Gobierno y el PSOE para demostrar transparencia y responsabilidad en su gestión se intensifica.
