El exfutbolista del FC Barcelona, Gerard Piqué, ha comparecido recientemente ante la jueza que investiga posibles irregularidades en el contrato de la Supercopa de España, un proceso que ha generado gran atención mediática y ha afectado profundamente su imagen pública. Durante su declaración, Piqué no pudo contener las lágrimas al expresar el impacto emocional que este caso ha tenido en su vida, afirmando que en cualquier otro país del mundo, su contribución al fútbol habría sido reconocida con una estatua.
La declaración tuvo lugar en el Juzgado de Primera Instancia e Instrucción Número 4 de Majadahonda, donde Piqué respondió a preguntas sobre el contrato que llevó la Supercopa a Arabia Saudí. Este acuerdo ha sido objeto de controversia debido a las comisiones que su empresa, Kosmos, recibió por su intermediación. En su alegato, Piqué defendió la legalidad y la normalidad del contrato, argumentando que su gestión había aportado un valor significativo a la Real Federación Española de Fútbol (RFEF).
Durante su comparecencia, Piqué se mostró visiblemente afectado, con una voz temblorosa y entrecortada, mientras denunciaba el daño reputacional que ha sufrido a raíz de las acusaciones. «No podéis imaginar lo que afecta el salir tu nombre constantemente en algo que… en cualquier otro país del mundo… te pondrían una estatua», expresó, subrayando su frustración por la prolongada investigación que ha enfrentado durante tres años.
El exfutbolista también criticó el tratamiento mediático del caso, mencionando las filtraciones de documentos que, según él, han sido una falta de respeto. Piqué enfatizó que, aunque espera que el caso se archive pronto, nadie asumirá la responsabilidad por el daño a su imagen. Su declaración culminó en un momento emotivo, donde su llanto reflejó la carga emocional que ha llevado durante este proceso.
En el contexto de la investigación, la jueza está examinando si se cometieron delitos de corrupción en los negocios o administración desleal en relación con varios contratos de la RFEF, incluyendo la posibilidad de blanqueo de capitales. Piqué explicó que su empresa había pactado con la compañía saudí Sela el cobro de una comisión de 4 millones de euros, un acuerdo que inicialmente fue verbal hasta que se formalizó en un contrato.
La situación de Piqué ha resonado en el ámbito deportivo y más allá, generando debates sobre la ética en el deporte y la transparencia en los contratos internacionales. A medida que el caso avanza, la atención se centra no solo en las acciones de Piqué, sino también en el impacto que estas situaciones tienen en la percepción pública de los deportistas y su legado.
Este episodio no solo afecta a Piqué como individuo, sino que también plantea preguntas sobre la relación entre el deporte y el negocio, especialmente en un contexto donde las grandes ligas buscan maximizar sus ingresos a través de acuerdos internacionales. La Supercopa de España, trasladada a Arabia Saudí, ha sido un tema polémico desde su anuncio, y la implicación de figuras como Piqué solo añade más complejidad a la narrativa.
A medida que se desarrollan los acontecimientos, el futuro de Piqué en el ámbito público y empresarial podría verse afectado por el resultado de esta investigación. Su alegato emocional resuena como un recordatorio de que detrás de las figuras públicas hay seres humanos que enfrentan desafíos personales y profesionales, y que el escrutinio mediático puede tener consecuencias profundas y duraderas en sus vidas.