La historia de la masacre de Nanjing, un episodio oscuro y doloroso en la historia de China, ha vuelto a ser noticia tras el fallecimiento de Xiong Shulan, una de las últimas supervivientes de este trágico evento. Xiong, quien tenía 94 años, falleció el 27 de septiembre de 2025, según un comunicado del Centro Memorial de las Víctimas de la Masacre de Nanjing. Su muerte reduce a solo 25 el número de personas que aún viven y pueden contar de primera mano las atrocidades cometidas por las tropas japonesas en 1937.
Xiong Shulan nació en 1931 y tenía apenas seis años cuando ocurrió la masacre. Su familia, en un intento desesperado por sobrevivir, se escondió en un refugio subterráneo. Sin embargo, la tragedia no les fue ajena: su madre perdió el bebé que esperaba, su tía fue víctima de violación y su tío fue asesinado de manera brutal. En sus relatos, Xiong describía escenas desgarradoras, como los cuerpos de las víctimas apilados en montones cerca del lugar donde hoy se erige el memorial. Estas narraciones han sido fundamentales para preservar la memoria de la masacre y fueron incluidas en el Registro de la Memoria Mundial de la UNESCO en 2015.
La masacre de Nanjing, que tuvo lugar entre diciembre de 1937 y enero de 1938, es considerada uno de los episodios más atroces de la Segunda Guerra Mundial. Durante este periodo, se estima que entre 150,000 y 340,000 personas fueron asesinadas, y decenas de miles de mujeres fueron violadas. La invasión japonesa de China no solo dejó un saldo de muertes, sino que también estuvo marcada por la brutalidad y la deshumanización de los civiles chinos. Las atrocidades cometidas incluyeron experimentación con armas biológicas y el uso de mujeres como esclavas sexuales, lo que ha llevado a un profundo resentimiento y dolor en la memoria colectiva china.
Cada año, el 13 de diciembre, China conmemora este trágico evento con ceremonias en el Memorial de las Víctimas de la Matanza de Nanjing. Este acto de recordar no solo busca honrar a las víctimas, sino también educar a las nuevas generaciones sobre los horrores de la guerra y la importancia de la paz. En el contexto actual, la memoria de la masacre de Nanjing se ha vuelto aún más relevante, especialmente con el 80º aniversario del final de la Segunda Guerra Mundial. La reciente película «Dead To Rights», que representa a China en la próxima edición de los premios Óscar, ha capturado la atención del público y ha tenido un gran éxito en taquilla, reflejando la sensibilidad histórica que rodea este tema.
La muerte de Xiong Shulan y otros supervivientes, como Yi Lanying y Tao Chengyi, quienes fallecieron en febrero de este año, subraya la urgencia de preservar y transmitir estas historias. A medida que los últimos testigos de la masacre desaparecen, se hace más importante que nunca documentar sus relatos y asegurar que las lecciones de la historia no se olviden. El gobierno chino ha criticado en numerosas ocasiones a Japón por lo que consideran una postura revisionista respecto a la invasión, lo que ha generado tensiones diplomáticas entre ambos países. La falta de reconocimiento y disculpas por parte de Japón ha sido un punto de contención en las relaciones bilaterales, lo que añade una capa de complejidad a la memoria histórica de la masacre.
La figura de Xiong Shulan no solo representa a una sobreviviente, sino que también simboliza la lucha por la verdad y la justicia en un contexto donde la historia a menudo es manipulada o ignorada. Su legado perdurará en las memorias de quienes continúan luchando por el reconocimiento de las atrocidades cometidas durante la invasión japonesa. La preservación de su historia y la de otros supervivientes es crucial para garantizar que las futuras generaciones comprendan la magnitud de estos eventos y trabajen hacia un futuro donde tales atrocidades no se repitan. La memoria de la masacre de Nanjing debe ser un recordatorio constante de la necesidad de paz y reconciliación en un mundo que a menudo se ve sacudido por conflictos y divisiones.