La situación de las demandas de disolución matrimonial en Euskadi ha mostrado un notable descenso en el segundo trimestre de 2025. Según los datos proporcionados por el Servicio de Estadística del Consejo General del Poder Judicial, se registraron un total de 889 demandas, lo que representa una disminución del 15,6% en comparación con el mismo periodo del año anterior, cuando se contabilizaron 1.053. Este descenso es significativo y plantea preguntas sobre las tendencias actuales en las relaciones matrimoniales en la comunidad autónoma.
El desglose de estas cifras revela que, de las 889 demandas, 251 correspondieron a divorcios no consensuados, lo que representa una caída del 21,3%. Por otro lado, las demandas de divorcio consensuadas también disminuyeron, alcanzando un total de 616, lo que equivale a un 11,9% menos que en 2024. En cuanto a las separaciones, se registraron 17 demandas consensuadas, lo que supone una reducción del 10,5%, mientras que las no consensuadas fueron solo 5, marcando una drástica disminución del 68,8%.
Este panorama se complementa con el hecho de que no se registraron anulaciones de matrimonios en este periodo, manteniéndose así la cifra sin cambios respecto al año anterior. Además, se presentaron 242 demandas de modificación de medidas en procesos de separación y divorcio no consensuadas, lo que representa un descenso del 24,6%. Las demandas acordadas en este ámbito también mostraron una ligera disminución, con 130 casos, un 1,5% menos que el año pasado.
### Comparativa con la Media Estatal
Al comparar las cifras de Euskadi con la media estatal, se observa que la comunidad autónoma presenta un índice de demandas de disolución matrimonial por cada 100.000 habitantes inferior al promedio nacional. En Euskadi, se registraron 39,9 demandas por cada 100.000 habitantes, mientras que la media estatal se situó en 43,9 durante el mismo periodo. Esta diferencia puede ser indicativa de diversas dinámicas sociales y culturales que influyen en la decisión de disolución matrimonial en la región.
A nivel nacional, se contabilizaron un total de 21.348 demandas de disolución matrimonial entre abril y junio de 2025, lo que representa una disminución del 16,7% en comparación con el segundo trimestre de 2024. Este descenso generalizado en las demandas de disolución matrimonial podría estar relacionado con varios factores, incluyendo cambios en las actitudes hacia el matrimonio y la separación, así como el impacto de la pandemia en las relaciones personales.
### Factores que Influyen en la Disminución de Demandas
La reducción en el número de demandas de disolución matrimonial puede atribuirse a varios factores. Uno de los aspectos más relevantes es el cambio en la percepción social del matrimonio y la separación. En los últimos años, ha habido un aumento en la aceptación de las relaciones no matrimoniales y una mayor disposición a vivir en pareja sin formalizar el vínculo legalmente. Esto podría llevar a que muchas parejas opten por no casarse o, en caso de conflictos, elijan no formalizar una separación legal.
Además, la pandemia de COVID-19 ha tenido un impacto significativo en la dinámica familiar. Durante los periodos de confinamiento, muchas parejas se vieron obligadas a convivir en un espacio reducido, lo que podría haber llevado a una reevaluación de sus relaciones. Algunas parejas pudieron haber encontrado formas de resolver sus diferencias, mientras que otras optaron por la separación, pero sin formalizarla legalmente.
Otro factor a considerar es el aumento de la mediación y la resolución de conflictos fuera del ámbito judicial. Cada vez más parejas están optando por métodos alternativos para resolver sus diferencias, lo que podría estar contribuyendo a la disminución de las demandas de divorcio y separación. La mediación familiar, por ejemplo, permite a las parejas llegar a acuerdos sin necesidad de pasar por un proceso judicial, lo que puede ser menos estresante y más rápido.
Finalmente, la situación económica también puede influir en la decisión de disolverse. En tiempos de incertidumbre económica, algunas parejas pueden optar por permanecer juntas para compartir gastos y recursos, lo que podría estar reflejándose en las estadísticas de disolución matrimonial. La estabilidad financiera puede ser un factor determinante en la decisión de mantener o disolver un matrimonio.
En resumen, la disminución en las demandas de disolución matrimonial en Euskadi es un fenómeno que merece atención. Las cifras reflejan no solo un cambio en las decisiones individuales de las parejas, sino también una transformación más amplia en la percepción social del matrimonio y la separación. A medida que la sociedad evoluciona, es probable que estas tendencias continúen desarrollándose, ofreciendo un panorama interesante para el futuro de las relaciones en la comunidad autónoma.