El inicio del curso académico 2025-2026 en Euskadi ha traído consigo no solo la vuelta a la rutina escolar, sino también la implementación de un ambicioso Pacto contra la Segregación, conocido como Eskola Bikaina Denontzat. Este pacto busca transformar el sistema educativo vasco, reducir la segregación escolar y mejorar la calidad educativa para todos los estudiantes. Con 339.586 alumnos matriculados y un notable descenso de 13.000 estudiantes en comparación con el año anterior, el contexto educativo se presenta como un reto y una oportunidad para el Gobierno vasco.
**El Pacto contra la Segregación: Un Compromiso por la Equidad**
El Pacto contra la Segregación se ha presentado como un espacio de diálogo y colaboración entre diversas entidades, incluyendo administraciones públicas, sindicatos, universidades y organizaciones sociales. La inauguración del curso tuvo lugar en el IES Etxebarri, donde el lehendakari Imanol Pradales y la consejera de Educación, Begoña Pedrosa, enfatizaron la importancia de este pacto como un mecanismo para escuchar y construir un sistema educativo más equitativo y eficiente.
Este foro, que reunirá a medio centenar de agentes a lo largo del curso, tiene como objetivo consensuar medidas que permitan abordar los desafíos actuales del sistema educativo. La consejera Pedrosa destacó que el pacto es un espacio donde nadie puede quedar al margen, y que se busca implementar medidas de impacto real que fortalezcan la cohesión y la inclusión en las aulas.
La mesa de trabajo está compuesta por una amplia variedad de actores, desde administraciones públicas hasta asociaciones de familias y universidades. Sin embargo, algunos sindicatos, como Steilas y ELA, han decidido autoexcluirse, argumentando que el pacto tiene fines de imagen más que un compromiso real con la mejora educativa.
**Desafíos y Oportunidades en el Sistema Educativo**
El diagnóstico inicial presentado en la primera reunión del pacto revela una realidad preocupante: la segregación escolar en Euskadi se ve influenciada por factores socioeconómicos, lingüísticos y de origen migrante. Este análisis, basado en estadísticas del Instituto Vasco de Evaluación e Investigación Educativa (ISEI-IVEI), señala la concentración desigual de alumnado vulnerable en ciertos centros educativos, lo que plantea un reto significativo para el sistema.
El lehendakari Pradales subrayó la necesidad de un cambio de enfoque que permita no solo reducir la segregación, sino también garantizar que todos los estudiantes, especialmente los más vulnerables, tengan acceso a las mismas oportunidades de progreso. En este sentido, el pacto se articula en tres fases: validación del diagnóstico inicial, definición de misión y principios compartidos, y establecimiento de medidas concretas. Cada fase incluirá sesiones de debate para asegurar un proceso participativo y consensuado.
La llegada de estudiantes foráneos ha añadido una nueva dimensión a este desafío. En los últimos años, se ha observado un aumento en la matrícula de alumnos con trayectorias educativas interrumpidas, muchos de los cuales no dominan el euskera ni el castellano. Esto ha llevado a la necesidad de desarrollar un sistema educativo que no solo integre a la diversidad, sino que también garantice el bienestar emocional y la cohesión social.
El Gobierno vasco ha manifestado su compromiso de transformar las dificultades en oportunidades, situando al alumnado en el centro de las decisiones educativas. La implementación de recursos y medidas acordadas en el pacto, como el incremento de profesorado y la creación de mentores lingüísticos, busca abordar estos retos de manera efectiva.
El inicio del curso escolar también coincide con la implementación de mejoras en la Formación Profesional, que sigue creciendo con 49.555 estudiantes. Estas iniciativas son parte de un esfuerzo más amplio por modernizar y adaptar el sistema educativo a las necesidades actuales y futuras de la sociedad vasca.
A medida que avanza el curso, el Pacto contra la Segregación se presenta como una oportunidad para redefinir el futuro educativo de Euskadi, buscando no solo mejorar los resultados académicos, sino también fomentar un entorno inclusivo y equitativo para todos los estudiantes. La colaboración entre diferentes sectores y la participación activa de la comunidad educativa serán clave para el éxito de este ambicioso proyecto.