La búsqueda de la felicidad es un tema recurrente en la vida de muchas personas. Sin embargo, la psicología moderna nos ofrece una visión más matizada sobre este concepto, sugiriendo que la felicidad no es un estado permanente, sino un proceso que requiere comprensión y aceptación. Alba Cardalda, psicóloga especializada en bienestar emocional, plantea que nuestro cerebro está diseñado más para la supervivencia que para la búsqueda de la felicidad. Esta afirmación puede parecer pesimista, pero en realidad, nos brinda una nueva perspectiva sobre nuestras emociones y cómo manejarlas.
### La Naturaleza de Nuestras Emociones
Desde una perspectiva evolutiva, el cerebro humano ha sido moldeado para detectar amenazas y peligros, lo que explica por qué tendemos a enfocarnos en lo negativo. Cardalda explica que de las seis emociones universales, cuatro son desagradables: miedo, asco, tristeza e ira. Esto nos lleva a sentirnos mal sin una razón aparente, ya que estas emociones cumplen funciones protectoras. Nos alertan sobre posibles peligros y nos preparan para actuar en consecuencia.
La psicóloga destaca que gran parte del sufrimiento que experimentamos proviene de nuestra tendencia a imaginar escenarios negativos que, en su mayoría, nunca se materializan. Esta capacidad de anticipar peligros, aunque útil en ciertos contextos, puede convertirse en una carga emocional. Por lo tanto, es fundamental entender que sentir emociones negativas no significa que haya algo mal en nosotros, sino que es parte de la experiencia humana.
### Aceptación y Manejo de las Emociones
Cardalda propone un enfoque más amable hacia nuestras emociones. En lugar de luchar contra ellas, sugiere que debemos aprender a aceptarlas y entender su origen. Esto implica reconocer que habrá momentos de tristeza, miedo o ansiedad, y que estos sentimientos son naturales. La clave está en cultivar el bienestar a través de la práctica y la aceptación.
La psicóloga enfatiza que la felicidad no es un estado natural permanente. En cambio, es un proceso que requiere entrenamiento y esfuerzo. Al aceptar que las emociones negativas son parte de la vida, podemos liberarnos de la presión de sentirnos bien todo el tiempo. Esta aceptación nos permite vivir de manera más auténtica y plena, sin la carga de expectativas poco realistas sobre nuestra felicidad.
Además, Cardalda sugiere que debemos ser conscientes de cómo nuestras emociones afectan nuestras decisiones y comportamientos. Al entender que nuestras reacciones emocionales son respuestas naturales a situaciones, podemos aprender a manejarlas de manera más efectiva. Esto no solo mejora nuestro bienestar emocional, sino que también nos ayuda a tomar decisiones más informadas y equilibradas en nuestra vida diaria.
La psicología moderna nos invita a replantear nuestra relación con la felicidad. En lugar de verla como un destino final, debemos considerarla como un viaje lleno de altibajos. Al aceptar nuestras emociones y aprender a manejarlas, podemos encontrar un equilibrio que nos permita disfrutar de la vida en su totalidad, con todas sus complejidades y matices. La felicidad, entonces, se convierte en un proceso continuo de autoconocimiento y crecimiento personal, en lugar de una meta inalcanzable.
En resumen, la búsqueda de la felicidad es un camino que implica entender y aceptar nuestras emociones. La psicología moderna nos ofrece herramientas valiosas para navegar por este proceso, permitiéndonos vivir de manera más auténtica y plena. Al final, la clave está en reconocer que sentir emociones negativas es parte de ser humano y que, al aceptarlas, podemos encontrar un mayor sentido de bienestar y satisfacción en nuestras vidas.