La ciudad de París ha dado un paso significativo hacia la revitalización de sus espacios acuáticos, permitiendo que los ciudadanos y turistas redescubran el placer de nadar en el río Sena. Este evento, que tuvo lugar el pasado sábado, marca un hito histórico, ya que la natación en el Sena había estado prohibida desde 1923 debido a la contaminación del agua. La reanudación de esta actividad no solo simboliza un cambio en la percepción pública del río, sino que también responde a la necesidad de adaptarse a los desafíos del cambio climático.
La apertura de las zonas de baño en el Sena se realizó bajo estrictas medidas de seguridad. Desde las 8:00 h, los primeros nadadores se lanzaron al agua desde pontones equipados con bancos y taquillas, mientras eran supervisados por socorristas y botes de la Prefectura de Policía de París. Cada nadador llevaba un flotador amarillo, lo que garantizaba su seguridad en un entorno que, aunque ahora es más limpio, sigue siendo un cuerpo de agua vivo y potencialmente peligroso. Pierre Rabadan, teniente de alcalde de deportes, aseguró que la calidad del agua cumplía con las normativas sanitarias, con una temperatura de 25 grados, lo que hizo que la experiencia fuera aún más atractiva para los bañistas.
La alcaldesa de París, Anne Hidalgo, quien se mostró entusiasta por la apertura, visitó el lugar y se tomó selfies con los nadadores, expresando su alegría por la posibilidad de que la gente pudiera disfrutar del Sena. Este evento no solo es un sueño cumplido para Hidalgo, sino también un legado prometido de los Juegos Olímpicos, que se celebrarán en la ciudad en 2024. Emmanuel Macron, presidente de Francia, también se unió a la celebración, recordando la promesa de sus predecesores de devolver el Sena a los parisinos como un espacio recreativo.
**Un Espacio Recreativo Transformado**
La reactivación de la natación en el Sena es parte de un esfuerzo más amplio para transformar el río en un espacio recreativo seguro y accesible. Este verano, se han habilitado tres zonas de baño: una en el brazo de Grenelle, cerca de la Torre Eiffel, y otra en Bercy, frente a la biblioteca François-Mitterrand. Estas áreas están equipadas con instalaciones adecuadas, como duchas, vestuarios y mobiliario de playa, lo que las convierte en un destino atractivo para los parisinos y turistas por igual.
La piscina en el brazo Marie tiene una capacidad para 150 personas, mientras que Bercy puede albergar hasta 700 bañistas. La zona de Grenelle, diseñada especialmente para familias, cuenta con una sección poco profunda, lo que la hace ideal para los más pequeños. Además, se ofrecerán actividades acuáticas como kayak gratuito, lo que diversifica aún más la oferta recreativa en el Sena.
Sin embargo, la apertura de estas zonas de baño no está exenta de desafíos. Las autoridades han implementado un sistema de monitoreo de la calidad del agua, utilizando banderas de colores para indicar las condiciones de seguridad. Las banderas verdes, amarillas y rojas informarán a los nadadores sobre el caudal y la calidad del agua, con la prohibición de nadar en caso de que las condiciones sean desfavorables. Este sistema es crucial, ya que la mezcla de aguas pluviales y residuales en París puede afectar la calidad del agua del río, especialmente después de fuertes lluvias.
**Un Legado de Limpieza y Seguridad**
La prohibición de nadar en el Sena en 1923 fue una respuesta a la creciente contaminación del río, que se había convertido en un foco de enfermedades debido al vertido de desechos industriales y aguas residuales sin tratar. La falta de un sistema de alcantarillado adecuado y el aumento del tráfico fluvial contribuyeron a que el río fuera considerado un lugar peligroso para los bañistas. Sin embargo, las autoridades han invertido más de 1.400 millones de euros en la mejora de la calidad del agua, implementando obras para evitar que las aguas residuales fluyan al río.
A pesar de los avances, el Sena sigue siendo un entorno que presenta riesgos. La subprefecta Elise Lavielle recordó que, aunque se han tomado medidas para garantizar la seguridad de los nadadores, el río es un cuerpo de agua vivo que puede ser peligroso. En el pasado, se han registrado muertes en el Sena, lo que subraya la importancia de seguir reforzando los controles y la seguridad en las zonas de baño.
A medida que se avanza hacia el verano de 2026, se están considerando nuevas zonas de baño en áreas cercanas a París, lo que podría ampliar aún más las oportunidades recreativas en el río. La limpieza del Sena ha generado esperanzas de que, en el futuro, más parisinos y visitantes puedan disfrutar de este emblemático río como un espacio seguro y agradable para nadar y relajarse. La transformación del Sena de un lugar prohibido a un espacio recreativo es un testimonio del compromiso de París con la sostenibilidad y la calidad de vida de sus ciudadanos.