El Papa Francisco ha fallecido esta mañana a las 7:35 en su residencia del Vaticano, a la edad de 88 años. La noticia fue confirmada por el cardenal Kevin Farrell, Camarlengo de la Cámara Apostólica, quien comunicó el deceso a las 9:45. A pesar de que el pontífice había aparecido en el balcón durante la Misa de Pascua, la homilía fue presidida por el cardenal Angelo Comastri, lo que ya indicaba que su salud había estado comprometida en los últimos meses.
Desde febrero, el estado de salud del Papa había sido motivo de preocupación. El 14 de ese mes, fue ingresado en el Hospital Policlínico Agostino Gemelli de Roma debido a una bronquitis que rápidamente evolucionó a una infección polimicrobiana de las vías respiratorias. A pesar de los esfuerzos médicos, esta infección se complicó y se transformó en una neumonía bilateral, una condición que afecta gravemente el tejido pulmonar en ambos pulmones. Esto no solo complicó su cuadro clínico, sino que también aumentó el riesgo debido a su avanzada edad y a las patologías preexistentes.
Entre las complicaciones adicionales que se detectaron, se encontró una insuficiencia renal, lo que agravó aún más su estado. Esta condición implica una pérdida de la función renal, lo que puede tener consecuencias severas en la salud general del paciente. A pesar de ser dado de alta tras 38 días de hospitalización, el Papa Francisco continuó enfrentando un deterioro progresivo de su salud.
La historia médica del Papa Francisco está marcada por episodios de enfermedades respiratorias. A lo largo de su vida, ha lidiado con problemas pulmonares, siendo uno de los más significativos una cirugía a la que se sometió en su juventud. A los 20 años, le extirparon una parte de su pulmón debido a una grave infección respiratoria. Este antecedente médico ha influido en su salud a medida que ha ido envejeciendo, con un aumento en la frecuencia de enfermedades respiratorias.
En noviembre de 2023, el Papa tuvo que cancelar una visita a los Emiratos Árabes Unidos debido a una gripe y una inflamación pulmonar, lo que ya indicaba que su salud se estaba deteriorando. A pesar de estos desafíos, el pontífice continuó con su labor pastoral, apareciendo en público y llevando a cabo sus deberes hasta el último momento posible.
La muerte del Papa Francisco marca el final de una era en la Iglesia Católica. Su papado estuvo caracterizado por un enfoque en la misericordia, la inclusión y el diálogo interreligioso. A lo largo de su mandato, trabajó incansablemente para abordar temas contemporáneos como la pobreza, el cambio climático y la crisis de los refugiados, buscando siempre un camino hacia la paz y la reconciliación.
El impacto del Papa Francisco en el mundo no se limita a su papel como líder espiritual. Su estilo de vida austero y su cercanía con las personas más vulnerables resonaron en millones de fieles y no fieles por igual. Su capacidad para conectar con la gente, su mensaje de amor y compasión, y su disposición para abordar temas difíciles han dejado una huella indeleble en la historia de la Iglesia.
A medida que el mundo se despide del Papa Francisco, es importante recordar su legado y los valores que promovió durante su vida. Su lucha contra la enfermedad y su dedicación a su misión son un testimonio de su compromiso con su fe y su pueblo. La comunidad católica y el mundo en general lamentan su pérdida, pero también celebran su vida y su contribución a la humanidad.