El Papa Francisco, quien falleció recientemente a los 88 años, dejó una huella imborrable en la historia de la Iglesia Católica, no solo por su liderazgo espiritual, sino también por su enfoque en los viajes apostólicos. Durante su pontificado, realizó un total de 47 viajes internacionales a 66 naciones, además de recorrer 49 ciudades en Italia, abarcando cuatro continentes. Sin embargo, su ausencia en ciertos países, como España y su Argentina natal, ha suscitado diversas interpretaciones y reflexiones.
Un Papa que priorizó las ‘periferias’
Desde el inicio de su pontificado, Francisco se destacó por su deseo de visitar lo que él mismo denominó «las periferias del mundo». Este enfoque lo llevó a realizar visitas a países que tradicionalmente no recibían la atención de líderes religiosos, como Baréin, Jordania y varios países de África y Asia. A pesar de su aversión a los viajes, el Papa Francisco se embarcó en numerosas giras, buscando llevar su mensaje de paz y reconciliación a aquellos que más lo necesitaban.
A lo largo de su mandato, Francisco visitó naciones de mayoría musulmana, como Turquía y Egipto, donde se reunió con líderes religiosos para fomentar el diálogo interreligioso. Su encuentro con el ayatolá Ali al-Sistani en Irak en 2021 fue un momento histórico que subrayó su compromiso con la paz y la unidad entre diferentes culturas y creencias.
La ausencia en su tierra natal
Uno de los aspectos más notables de su papado fue su decisión de no visitar Argentina, su país de origen. A pesar de las reiteradas invitaciones y la posibilidad de reconciliación tras la victoria de Javier Milei, Francisco nunca concretó este viaje. Su reticencia se debió, en parte, al temor de ser instrumentalizado en un contexto social polarizado. A menudo, el Papa mencionó que no visitaría países grandes de Europa hasta haber atendido a los más pequeños, lo que dejó a muchos preguntándose sobre su ausencia en España y su Argentina natal.
Las invitaciones de los gobiernos españoles, tanto de Mariano Rajoy como de Pedro Sánchez, no lograron convencerlo. A pesar de que se le propusieron visitas a lugares emblemáticos como Santiago de Compostela y Ávila, el Papa mantuvo su postura. La única vez que estuvo cerca de España fue cuando consideró visitar las Islas Canarias para abordar el drama migratorio, un tema que marcó su papado.
Un itinerario apostólico diverso
A lo largo de su papado, Francisco realizó viajes a una amplia variedad de países. En 2013, su primer año como Papa, asistió a la Jornada Mundial de la Juventud en Río de Janeiro, marcando el inicio de una serie de visitas que lo llevarían a lugares como Corea del Sur, Colombia, Japón y Canadá. En cada uno de estos viajes, el Papa buscó no solo fortalecer la fe de los católicos, sino también abordar problemas sociales y políticos, como la migración y la pobreza.
En 2015, su viaje a Cuba y Estados Unidos fue significativo, ya que incluyó intervenciones ante la ONU y un encuentro con familias en Filadelfia. En años posteriores, continuó su labor apostólica en lugares como Grecia, Chipre e Irak, siempre con un enfoque en la paz y la reconciliación.
El legado de Francisco
El legado del Papa Francisco es complejo y multifacético. Su enfoque en las periferias, su compromiso con el diálogo interreligioso y su deseo de abordar problemas sociales han dejado una marca indeleble en la Iglesia y en el mundo. A pesar de no haber visitado su Argentina natal, su influencia se siente en cada rincón del planeta, donde su mensaje de amor y compasión resuena entre millones de personas.
A medida que el mundo reflexiona sobre su vida y su papado, queda claro que Francisco fue más que un líder religioso; fue un viajero incansable que buscó llevar esperanza a los rincones más olvidados del mundo.