El juicio del fiscal general del Estado, Álvaro García Ortiz, ha comenzado en el Tribunal Supremo, marcando un hito en la historia de la justicia española. Este es el primer caso en el que un jefe del Ministerio Público en ejercicio se enfrenta a un banquillo, lo que ha generado gran expectación y debate en el ámbito judicial y político. La acusación se centra en la presunta revelación de secretos, en el contexto de una investigación por fraude tributario relacionada con el novio de la presidenta de la Comunidad de Madrid, Isabel Díaz Ayuso.
La primera sesión del juicio, que tuvo lugar el 3 de noviembre de 2025, estuvo marcada por tensiones y reproches entre los fiscales. García Ortiz, quien llegó solo a la sede judicial en su vehículo oficial, se mostró impasible ante las acusaciones. Su única respuesta hasta ahora ha sido un contundente «no» a la pregunta del presidente de la Sala, Andrés Martínez Arrieta, sobre si asumía los escritos de las acusaciones. La jornada inaugural puso de manifiesto las fracturas internas en la Fiscalía de Madrid, evidenciadas por los enfrentamientos entre dos fiscales subordinadas de García Ortiz.
### La Acusación y la Defensa
La acusación contra García Ortiz se basa en la supuesta filtración de un correo electrónico entre el abogado de la pareja de Ayuso y el fiscal encargado del caso, Julián Salto. Este correo contenía un ofrecimiento de reconocimiento de delitos fiscales a cambio de evitar la prisión. La defensa del fiscal general, representada por la Abogacía del Estado, ha argumentado que se han producido vulneraciones de derechos fundamentales durante la instrucción del caso, lo que podría influir en la sentencia final.
Durante la primera jornada, se presentaron los primeros testigos, entre ellos el fiscal Salto, quien reveló que sus superiores fueron informados sobre el ofrecimiento del abogado un día antes de la supuesta revelación del correo. Salto también mencionó que recibió instrucciones urgentes de García Ortiz para reportar todos los correos relacionados con la negociación, con el fin de elaborar una nota de prensa que desmintiera informaciones erróneas publicadas en los medios.
Por otro lado, la fiscal superior de la Comunidad de Madrid, Almudena Lastra, quien también fue testigo, expresó su sorpresa por la falta de comunicación sobre la denuncia presentada contra González Amador, a pesar de que ya se conocía su relación con la presidenta Ayuso. Lastra, en su testimonio, recordó que preguntó a García Ortiz sobre la filtración de los correos, a lo que él respondió que no era el momento de discutirlo y que era necesario emitir una nota para desmentir el «bulo» que circulaba en ese momento.
### Tensión Interna en la Fiscalía
Las tensiones internas en la Fiscalía de Madrid han quedado al descubierto durante el juicio. Las diferencias entre García Ortiz y sus subordinadas han generado un ambiente de desconfianza y reproches. Pilar Rodríguez, jefa de la Fiscalía Provincial de Madrid, quien también fue testigo, defendió que no hubo clandestinidad en la rendición de cuentas a sus superiores sobre los correos filtrados. Sin embargo, sus declaraciones revelaron un claro desacuerdo con Lastra, a quien acusó de ser responsable de la filtración que apunta a García Ortiz.
La defensa de García Ortiz ha criticado las irregularidades en la instrucción del caso, señalando que el magistrado del Supremo, Ángel Hurtado, actuó con una idea preconcebida de culpabilidad hacia el fiscal general. Esta acusación ha sido rechazada por el abogado del querellante, quien argumentó que las quejas de la defensa eran abstractas y carecían de fundamento concreto.
El juicio, que se prevé largo y complejo, continuará con la declaración de más testigos y la presentación de pruebas. La atención está centrada no solo en el caso específico de García Ortiz, sino también en las implicaciones más amplias que este juicio podría tener para la Fiscalía y la justicia en España. La figura del fiscal general, que debe ser un garante de la legalidad, se encuentra en el centro de un escándalo que podría afectar la confianza pública en las instituciones judiciales.
A medida que avanza el juicio, se espera que se revelen más detalles sobre las dinámicas internas de la Fiscalía y las posibles irregularidades en la gestión de casos sensibles. La sociedad observa con atención cómo se desarrollan los acontecimientos, conscientes de que el resultado de este juicio podría sentar un precedente en la historia judicial del país.
									 
					