En los últimos años, el debate sobre el Salario Mínimo Interprofesional (SMI) ha cobrado gran relevancia en la economía española. Si bien se han realizado numerosos estudios sobre sus efectos en el empleo, un nuevo análisis del Instituto de Economía Laboral (IZA) ha puesto de manifiesto un aspecto menos explorado: el impacto del aumento del SMI en el consumo de los hogares. Este estudio se centra en la subida del SMI en 2019, cuando se incrementó de 735 a 900 euros mensuales, y revela que este cambio tuvo un efecto positivo en el consumo, aumentando en un 4,5% durante ese año.
### Efectos del Aumento del SMI en el Gasto de los Hogares
El informe destaca que el incremento en el SMI no solo benefició a los trabajadores con menores ingresos, sino que también tuvo un efecto significativo en sus patrones de consumo. Los datos muestran que, tras la subida, los hogares redirigieron sus gastos hacia productos y servicios no esenciales, lo que indica una mejora en su bienestar económico. En particular, se observó un notable aumento en el consumo de bienes de ocio, electrónica y servicios de restauración.
Por ejemplo, las compras de productos electrónicos crecieron un 20,2%, mientras que el gasto en ocio aumentó un 11,7% y el consumo en restaurantes y hoteles se incrementó en un 8,7%. Estos datos sugieren que los hogares comenzaron a destinar una parte de sus ingresos adicionales a actividades que mejoran su calidad de vida, en lugar de limitarse a cubrir necesidades básicas.
Sin embargo, no todo fue positivo. El estudio también señala que hubo una caída del 6,7% en el gasto en alimentos y ropa. Los autores del informe interpretan esta disminución como un posible efecto de sustitución, donde los hogares optaron por comer fuera en lugar de preparar comidas en casa. Este cambio en el comportamiento de consumo refleja una transformación en las prioridades de gasto de los hogares, que ahora pueden permitirse lujos que antes consideraban inalcanzables.
### Metodología del Estudio y Resultados
El análisis realizado por el IZA se basa en dos fuentes principales de datos: las transacciones anónimas con tarjetas bancarias y los pagos en terminales a lo largo de España, proporcionados por el Banco Sabadell, y la Encuesta de Presupuestos Familiares del Instituto Nacional de Estadística (INE). Esta metodología permite un análisis detallado tanto del consumo individual como del de los hogares, confirmando que el aumento del SMI tuvo un efecto positivo en ambas categorías.
Los economistas Ignacio González, Héctor Sala y Pedro Trivín, autores del informe, concluyen que la subida del SMI en 2019 no solo mejoró la situación financiera de los trabajadores con menores ingresos, sino que también estimuló el consumo en sectores que aportan calidad de vida. Sala enfatiza que cuando los ingresos superan el mínimo necesario para cubrir las necesidades básicas, los hogares tienden a gastar más en bienes que les proporcionan placer, lo que a su vez puede tener un efecto multiplicador en la economía.
Este estudio se sitúa en el contexto de una serie de aumentos del SMI que han llevado a que, en 2025, el salario mínimo alcance los 1.184 euros. La evidencia sugiere que cada incremento en el SMI no solo beneficia a los trabajadores, sino que también puede tener un efecto positivo en la economía en general, al fomentar el consumo y, por ende, la actividad económica.
La relación entre el SMI y el consumo es un tema que merece atención, especialmente en un momento en que muchas familias enfrentan desafíos económicos. La capacidad de los hogares para gastar en bienes y servicios no esenciales puede ser un indicador clave de su bienestar y de la salud económica del país. A medida que se continúan implementando políticas para aumentar el SMI, es crucial seguir monitoreando sus efectos en el consumo y en la economía en general, para asegurarse de que se están logrando los objetivos deseados de mejora en la calidad de vida de los ciudadanos.