A medida que se acerca la fecha decisiva para la oferta pública de adquisición (OPA) del BBVA sobre el Banc Sabadell, el panorama de accionistas que influirán en el éxito de esta operación se va definiendo. En los últimos meses, el banco vallesano ha visto un aumento en la concentración de su accionariado, lo que podría facilitar la tarea del BBVA en su intento de convencer a los inversores. Sin embargo, la situación sigue siendo compleja y llena de incertidumbres.
**Evolución del Accionariado del Banc Sabadell**
Desde el anuncio de la OPA, el accionariado del Banc Sabadell ha experimentado cambios significativos. En el momento del lanzamiento de la oferta, solo siete accionistas tenían más del 1% de las acciones, sumando un total del 18,3%. En contraste, actualmente, once inversores poseen el 30,6% del capital del banco, lo que representa un avance notable en la concentración accionarial. Este aumento es crucial, ya que el BBVA necesita alcanzar un control efectivo sobre el Sabadell, lo que se lograría con un mínimo del 30% de las acciones.
Entre los nuevos actores que han entrado en el capital del Sabadell se encuentran importantes instituciones financieras como Goldman Sachs, UBS, Amundi, DWS y Qube Research. Sin embargo, la situación no es tan sencilla como parece. A pesar de la mayor concentración, no todos los accionistas están alineados con la OPA del BBVA. Por ejemplo, Zurich, una aseguradora suiza que ha incrementado su participación al 4,7%, tiene razones para oponerse a la oferta, dado que su negocio en España está vinculado a una alianza con el Sabadell, mientras que el BBVA colabora con Allianz.
Otro accionista relevante es David Martínez, un inversor mexicano que posee un 3,49% del Sabadell y que se sienta en su consejo de administración. Aunque en el pasado mostró apoyo a la OPA del BBVA, recientemente ha recomendado a la junta del Sabadell votar a favor de la venta del TSB al Santander, lo que añade una capa de complejidad a la situación.
**Desafíos y Estrategias del BBVA**
El BBVA se enfrenta a un reto monumental al intentar convencer a una base de accionistas tan amplia y diversa. Con cerca de 200,000 accionistas en total, y más del 52% del capital en manos de inversores institucionales, cada punto porcentual adicional que el BBVA desee obtener requerirá un esfuerzo considerable. La OPA establece un umbral mínimo de aceptación del 49,3% del capital o del 50% de los derechos de voto, lo que significa que el banco deberá trabajar arduamente para asegurar el apoyo necesario.
La estrategia del BBVA podría incluir la mejora de la oferta, ya sea aumentando el precio o reduciendo el umbral de aceptación. Sin embargo, es importante tener en cuenta que, si la OPA tiene éxito, el BBVA no podrá fusionarse con el Sabadell en un plazo de entre tres y cinco años debido a las condiciones impuestas por el Gobierno. Esto significa que, aunque logre el control, el BBVA deberá conformarse con una participación que podría oscilar entre el 30% y el 50% del capital del Sabadell.
Un aspecto que podría complicar aún más la situación es que, si el BBVA desea aumentar su participación más allá del 50%, tendría que lanzar una nueva OPA a un precio equitativo. Esto podría resultar problemático, ya que la revalorización del Sabadell en bolsa ha sido significativa, lo que podría dificultar la adquisición de acciones a un precio razonable.
La gestora BlackRock, que es el principal accionista del BBVA con un 7,1%, también ha incrementado su participación en el Sabadell, pasando del 3,6% al 6,8%. Esto no solo representa un negocio lucrativo para BlackRock, sino que también podría influir en la decisión de otros accionistas sobre la OPA. La gestora ha visto un aumento en el valor de su participación, que ha pasado de 226 millones a 1,226 millones en menos de un año, gracias a la revalorización del banco.
Mientras tanto, el fondo soberano noruego, a través de Norges Bank, sigue siendo un accionista relevante con un 2,17%, aunque su participación ha disminuido ligeramente. La situación del accionariado del Sabadell es un reflejo de un mercado en constante cambio, donde las decisiones de unos pocos pueden tener un impacto significativo en el futuro de la entidad.
El BBVA deberá navegar con cuidado en este entorno complejo, donde cada decisión cuenta y donde el apoyo de los accionistas es fundamental para el éxito de su OPA. La próxima etapa será crucial, ya que el banco buscará consolidar su posición y asegurar el respaldo necesario para llevar a cabo su ambicioso plan de adquisición.