El debate sobre la oficialidad de las lenguas cooficiales en España ha cobrado un nuevo impulso en los últimos días, especialmente tras las declaraciones del ministro de Asuntos Exteriores, José Manuel Albares. En una reciente rueda de prensa, Albares reafirmó el compromiso del Gobierno español con la oficialidad del catalán, el euskera y el gallego en la Unión Europea, un tema que ha suscitado tanto apoyo como controversia en el ámbito político.
### La Posición del Gobierno Español
El ministro Albares ha dejado claro que el compromiso del Gobierno con el uso de las lenguas cooficiales es «irrenunciable» e «irreversible». Esta afirmación se produce en un contexto donde la Unión Europea ha pospuesto el debate sobre la oficialidad de estas lenguas, lo que ha generado críticas por parte de algunos sectores políticos. Durante la sesión de control en el Congreso, el portavoz de Esquerra Republicana de Catalunya (ERC), Gabriel Rufián, cuestionó la influencia del Gobierno español en las decisiones europeas, sugiriendo que la falta de consenso ha sido un obstáculo para avanzar en este asunto.
Albares, en respuesta, subrayó que el Ejecutivo español ha estado trabajando durante más de un año y medio para lograr este objetivo y que, a pesar de los obstáculos, se mantiene firme en su intención de que el gallego, el euskera y el catalán sean reconocidos oficialmente en el ámbito europeo. El ministro hizo un llamado a todos los partidos políticos, incluyendo al Partido Popular (PP), para que se unan en un «pacto de Estado» que permita avanzar en esta causa. Albares criticó duramente al PP por su oposición a la iniciativa, acusándolo de actuar en contra de la convivencia y de ignorar a los 20 millones de españoles que hablan estas lenguas.
### La Reacción de la Oposición
La respuesta del PP y otros partidos de la oposición ha sido contundente. Gabriel Rufián acusó al PP de «reventar» el debate sobre el uso de las lenguas cooficiales, argumentando que el catalán es hablado por más personas que algunas lenguas oficiales de la UE, como el sueco o el finés. Esta afirmación pone de relieve la relevancia de las lenguas cooficiales en el contexto europeo y la necesidad de que sean reconocidas adecuadamente.
El debate se intensificó cuando Rufián recordó al líder del PP, Alberto Núñez Feijóo, que ha ganado campañas electorales hablando en gallego, sugiriendo que su actual postura es contradictoria. Además, el portavoz de ERC criticó al Gobierno por retirar la discusión sobre la oficialidad de las lenguas del orden del día en el Consejo de Asuntos Generales de la UE, lo que, según él, demuestra una falta de compromiso real por parte del Ejecutivo.
El ministro Albares, por su parte, defendió la postura del Gobierno y afirmó que la contracampaña del PP es «escandalosa» y «inconcebible», argumentando que va en contra de la Constitución y del Estatuto de Autonomía. Esta tensión entre el Gobierno y la oposición refleja no solo un desacuerdo político, sino también una lucha más amplia por el reconocimiento y la valorización de las lenguas cooficiales en España y en Europa.
### El Contexto Europeo
La cuestión de la oficialidad de las lenguas cooficiales en la UE no es solo un tema de política interna española, sino que también tiene implicaciones más amplias en el contexto europeo. La diversidad lingüística es un valor fundamental en la Unión Europea, y el reconocimiento de lenguas como el catalán, el euskera y el gallego podría sentar un precedente importante para otras lenguas regionales y minoritarias en Europa.
El hecho de que la UE haya pospuesto el debate sobre la oficialidad de estas lenguas indica que aún existen dudas y resistencias entre algunos Estados miembros. Sin embargo, el compromiso del Gobierno español de avanzar en este tema podría ser un paso significativo hacia la inclusión y el reconocimiento de la diversidad lingüística en el continente. La presión de los partidos regionales y de la sociedad civil también jugará un papel crucial en este proceso.
En resumen, el futuro de las lenguas cooficiales en la Unión Europea está en juego, y el compromiso del Gobierno español, junto con el apoyo de otros partidos, será fundamental para lograr su reconocimiento. La lucha por la oficialidad de estas lenguas no solo es una cuestión de derechos lingüísticos, sino también de identidad cultural y cohesión social en un país diverso como España.