El euskera, lengua hablada en el País Vasco, ha sido objeto de fascinación y estudio durante décadas, especialmente por su estatus como lengua aislada. Recientemente, un ambicioso estudio dirigido por investigadores de la Universidad del País Vasco (UPV/EHU) ha puesto en tela de juicio algunas de las creencias más comunes sobre el euskera, comparándolo con otras lenguas aisladas del mundo. Este análisis ha revelado que el euskera no es tan único como se pensaba, compartiendo características gramaticales con otras lenguas que también carecen de parentesco conocido.
El fenómeno de las lenguas aisladas, que representan entre el 2 y el 3% de las lenguas del planeta, incluye no solo al euskera, sino también a idiomas como el ainu de Japón, el pirahã de Brasil y el burushaski del norte de la India. Estas lenguas no pueden agruparse en ninguna familia lingüística conocida, lo que ha alimentado mitos sobre su pureza y complejidad. Sin embargo, el estudio titulado «Investigating Language Isolates: Typological and Diachronic Perspectives» ha demostrado que el euskera no es más especial, puro o antiguo que otras lenguas aisladas.
Durante más de tres años, un equipo internacional de lingüistas ha llevado a cabo una comparación exhaustiva de los rasgos gramaticales de 215 lenguas en todo el mundo. Este esfuerzo ha sido liderado por académicos de diversas universidades de Francia, Alemania, Reino Unido, Brasil y Estados Unidos, y ha resultado en un volumen que arroja nueva luz sobre las lenguas aisladas. El libro, editado por Iker Salaberri, Dorota Krajewska y Eneko Zuloaga, se ha publicado en la prestigiosa editorial John Benjamins y contiene 11 capítulos que analizan 20 lenguas aisladas de todos los continentes.
Uno de los hallazgos más significativos del estudio es que las lenguas aisladas, incluido el euskera, presentan patrones gramaticales que son comparables a los de lenguas pertenecientes a familias lingüísticas. Esto implica que, a pesar de su aislamiento, estas lenguas pueden ser objeto de técnicas de reconstrucción etimológica, aunque con particularidades propias. Este descubrimiento desafía la noción de que el euskera es una lengua excepcional en términos de complejidad gramatical.
El estudio también ha sido respaldado por varios proyectos de investigación de alto nivel, como Monumenta Linguae Vasconum y TransGram, financiados por el Ministerio de Ciencia, así como del grupo de investigación en Lingüística Diacrónica, Tipología e Historia del Euskera, apoyado por el Gobierno Vasco. Estos esfuerzos han permitido una exploración más profunda de un fenómeno lingüístico que ha sido poco estudiado hasta ahora.
La percepción de que el euskera es la lengua más antigua de Europa y que posee una gramática más compleja que otras lenguas ha sido común en la región. Sin embargo, los resultados del estudio sugieren que estas creencias pueden estar basadas en mitos más que en hechos lingüísticos. Al comparar el euskera con otras lenguas aisladas, se ha demostrado que no hay evidencia que respalde la idea de que el euskera sea más puro o antiguo que sus contrapartes.
Este estudio no solo tiene implicaciones para la comprensión del euskera, sino que también ofrece una nueva perspectiva sobre la diversidad lingüística en el mundo. Al arrojar luz sobre las similitudes entre lenguas que se pensaban únicas, se abre un nuevo campo de investigación que podría cambiar la forma en que entendemos la evolución y la clasificación de las lenguas.
En conclusión, el trabajo realizado por el equipo de la UPV/EHU representa un avance significativo en la lingüística moderna, desafiando nociones preconcebidas sobre el euskera y su lugar en el panorama lingüístico global. A medida que se continúan explorando las lenguas aisladas, es probable que surjan más descubrimientos que enriquecerán nuestro entendimiento de la comunicación humana y la historia de las lenguas.