La reciente decisión de la Unión Europea de aplazar la votación sobre la oficialidad del euskera, el catalán y el gallego ha desatado un intenso enfrentamiento entre el Partido Nacionalista Vasco (PNV) y el Partido Popular (PP). Este desacuerdo no solo refleja las tensiones políticas existentes, sino que también pone de relieve la lucha por la diversidad lingüística en Europa. La vicelehendakari primera y consejera de Cultura y Política Lingüística del Gobierno Vasco, Ibone Bengoetxea, ha expresado su descontento, señalando que las maniobras del PP son inaceptables y perjudican la diversidad cultural del continente.
### La Reacción del PNV ante el Aplazamiento
Aitor Esteban, presidente del EBB del PNV, ha sido uno de los más vocales en criticar al PP, acusándolo de llevar a cabo «maniobras sucias» para obstaculizar la oficialidad del euskera en las instituciones europeas. Esteban ha enfatizado que el PNV está comprometido a luchar contra estas tácticas, afirmando que el euskera «tendrá el sitio que merece en Europa». Este conflicto se agrava por el hecho de que, a pesar de que el PNV podría ser un aliado del PP en futuras legislaturas, la relación se ha deteriorado debido a la cercanía del PP con la ultraderecha de Vox.
La portavoz del grupo vasco en el Congreso, Maribel Vaquero, también ha criticado al PP, pidiendo explicaciones sobre su oposición a las lenguas cooficiales. Vaquero sostiene que si el PP no hubiera estado en contra, el resultado de la votación podría haber sido diferente. Esta postura ha generado un clima de desconfianza entre los dos partidos, que en el pasado han colaborado en diversas iniciativas.
### La Perspectiva del Gobierno Vasco y Otros Actores
Antes de que se anunciara el aplazamiento, la portavoz del Gobierno Vasco, Maria Ubarretxena, había manifestado su esperanza de que el euskera obtuviera la oficialidad en la UE. Sin embargo, también expresó su preocupación por las declaraciones del PP, sugiriendo que podrían estar maniobrando para evitar que el euskera obtenga su lugar en Europa. Esta preocupación se ve respaldada por el secretario general de EH Bildu, Arnaldo Otegi, quien ha afirmado que el euskera, como la lengua más antigua de Europa, merece un reconocimiento adecuado en la UE.
La situación ha llevado a varios colectivos a alzar la voz en defensa del euskera. Euskalgintzaren Kontseiluak ha denunciado que la UE ha decidido negar la oficialidad del euskara, lamentando la «oportunidad perdida» y pidiendo a las administraciones que redoblen esfuerzos. Este grupo ha criticado la «actitud euskarafóbica» del PP, sugiriendo que detrás de las razones técnicas para el aplazamiento hay presiones políticas.
Por su parte, Alberto Núñez Feijóo, presidente del PP, ha defendido su postura, argumentando que la oficialidad de más de 40 lenguas en la UE podría generar complicaciones legales y de oportunidad. Feijóo ha expresado su apoyo al catalán y ha abogado por un «bilingüismo cordial», pero ha mantenido que la oficialidad debe ser reservada para aquellas lenguas que son oficiales en todos los Estados miembros de la UE.
### Implicaciones para la Diversidad Lingüística en Europa
El aplazamiento de la votación sobre la oficialidad del euskera no solo afecta a la lengua vasca, sino que también plantea preguntas más amplias sobre la diversidad lingüística en Europa. La UE ha sido históricamente un defensor de la diversidad cultural, pero este incidente pone de relieve las tensiones entre los intereses políticos y la promoción de las lenguas regionales. La lucha por la oficialidad del euskera es un reflejo de un debate más amplio sobre cómo se valoran y protegen las lenguas minoritarias en un contexto europeo.
El compromiso del Gobierno Vasco y de los partidos que apoyan la oficialidad del euskera es claro: continuarán trabajando en todos los niveles para asegurar que esta lengua tenga el reconocimiento que merece. Las reuniones entre el lehendakari Imanol Pradales y líderes europeos son un ejemplo de los esfuerzos que se están realizando para avanzar en esta causa. Sin embargo, la oposición del PP y las dudas expresadas por otros países miembros de la UE complican el camino hacia la oficialidad.
La situación actual es un recordatorio de que la política y la cultura están intrínsecamente ligadas, y que el futuro del euskera en la UE dependerá no solo de la voluntad de los líderes vascos, sino también de la dinámica política en el seno de la Unión Europea. A medida que avanza este debate, será crucial observar cómo se desarrollan las negociaciones y qué pasos se tomarán para garantizar que la diversidad lingüística sea valorada y protegida en el futuro.