El reciente contrato de CAF para la ampliación del tranvía de Jerusalén ha generado un intenso debate en el Parlamento Vasco. La empresa guipuzcoana ha emitido un comunicado en el que defiende su participación en el proyecto, argumentando que no contribuye a la violación de derechos humanos. Sin embargo, esta afirmación ha sido objeto de críticas por parte de varios sectores políticos, que consideran que la implicación de CAF en este proyecto es problemática y debe ser revisada.
### La Defensa de CAF y las Críticas Políticas
CAF, el fabricante ferroviario con sede en Beasain, ha asegurado que el metro ligero de Israel es utilizado principalmente por la comunidad árabe, lo que, según ellos, desvirtúa las acusaciones de que su participación en el proyecto contribuye a la ocupación israelí. En su comunicado, la empresa también menciona que ha llevado a cabo evaluaciones de riesgos sin encontrar evidencia de violaciones de derechos humanos. Sin embargo, estas afirmaciones no han convencido a todos.
Jon Hernández, portavoz del partido Sumar, ha criticado duramente a CAF, señalando que el tranvía se ha convertido en un símbolo de la ocupación israelí y que su conexión con asentamientos ilegales es inaceptable. Hernández ha instado al lehendakari Imanol Pradales a adoptar una postura más firme contra la empresa, argumentando que su participación en el proyecto es una violación de los derechos de los palestinos y un desprecio al derecho internacional.
Las tensiones aumentaron durante la sesión plenaria en el Parlamento Vasco, donde Hernández exigió a Pradales que no apoyara a CAF, que, según él, está involucrada en un sistema de apartheid contra la población palestina. Esta crítica se enmarca en un contexto más amplio de creciente preocupación por la situación en Gaza y las implicaciones de las relaciones comerciales con Israel.
### La Respuesta de Imanol Pradales
El lehendakari Imanol Pradales, visiblemente molesto por las acusaciones, defendió la posición de CAF y pidió a los críticos que sean coherentes en su discurso. En su intervención, Pradales recordó que el mismo partido que critica a CAF ha aprobado recientemente un decreto contra el genocidio en Gaza, el cual no incluye medidas contra la empresa guipuzcoana. Esta contradicción fue utilizada por Pradales para argumentar que no se puede exigir a las empresas en Euskadi lo que no se aplica a nivel nacional.
Pradales también criticó la demagogia política que, según él, se está utilizando para instrumentalizar la situación del pueblo palestino. En su defensa, el lehendakari subrayó que durante el proceso de evaluación de CAF no se identificaron obstáculos legales para la firma del contrato, lo que refuerza su postura de que la empresa está actuando dentro de la legalidad.
Además, Pradales aprovechó la ocasión para felicitar a CAF por su reciente éxito en Bélgica, donde el Consejo de Estado ha rechazado un recurso de Alstom, permitiendo que CAF avance en un contrato valorado en miles de millones de euros. Este éxito se presenta como un argumento adicional para respaldar la legitimidad de la empresa y su capacidad para operar en el mercado internacional.
El debate sobre el contrato de CAF y su implicación en el conflicto israelí-palestino pone de manifiesto las complejidades de las relaciones comerciales en un contexto de tensiones geopolíticas. La postura de Pradales y la defensa de CAF resaltan la dificultad de encontrar un equilibrio entre los intereses económicos y las preocupaciones éticas en la política actual. A medida que las críticas continúan, la situación seguirá siendo objeto de escrutinio tanto en el Parlamento Vasco como en la opinión pública, donde las voces a favor y en contra del contrato de CAF seguirán resonando.