La reciente jornada electoral en Venezuela ha dejado claro que el chavismo, liderado por Nicolás Maduro, continúa consolidando su poder en el país. Un año después de que Maduro se proclamara ganador de las elecciones presidenciales, a pesar de las acusaciones de fraude, el movimiento bolivariano ha logrado hacerse con el control de la mayoría de las alcaldías del país tras las elecciones municipales celebradas recientemente. Este triunfo, aunque esperado, plantea importantes interrogantes sobre el futuro político de Venezuela y la situación de la oposición en el país.
### Un Triunfo Previsible para el Chavismo
Las elecciones municipales, que se llevaron a cabo con una participación del 44% según el Consejo Nacional Electoral, han sido vistas como un triunfo predecible para el chavismo. La principal coalición opositora, liderada por Edmundo González y María Corina Machado, había llamado al boicot, lo que dejó el camino libre para que el Partido Socialista Unido de Venezuela (PSUV) se proclamara ganador en 285 de los 335 municipios en los que se votaba. En un discurso desde el balcón del Ayuntamiento de Caracas, Maduro celebró lo que calificó como una «victoria histórica», afirmando que la democracia y la unidad del pueblo habían triunfado.
Este resultado no solo representa un aumento en el número de alcaldías controladas por el chavismo, sino que también refuerza la percepción de que el país avanza hacia un régimen de partido único. Con el control de la presidencia, el Parlamento, 23 de las 24 gobernaciones y ahora la mayoría de los ayuntamientos, Maduro parece estar cimentando su poder de manera irreversible. Entre las nuevas alcaldías que el chavismo ha ganado se encuentran algunas de gran importancia simbólica, como la de Maracaibo, la capital del estado petrolero de Zulia.
A pesar de la victoria del chavismo, la oposición moderada logró retener algunos municipios clave, como Chacao y Baruta, lo que sugiere que aún existe un sector de la población que se opone al régimen de Maduro. Sin embargo, la tendencia general parece favorecer al chavismo, que ha sabido capitalizar la falta de unidad y estrategia de la oposición.
### Un Contexto Internacional Cambiante
La victoria del chavismo en las elecciones municipales coincide con un deshielo en las relaciones entre Venezuela y Estados Unidos. A pesar de que el secretario de Estado de EE.UU. ha declarado que Maduro no es el presidente legítimo del país, hay indicios de que Washington está dispuesto a permitir que el líder bolivariano continúe en el poder. Recientemente, se anunció un intercambio de prisioneros entre EE.UU. y Venezuela, en el que 252 reos venezolanos regresaron a su país a cambio de 10 detenidos estadounidenses. Este acuerdo ha sido interpretado por muchos analistas como una victoria diplomática para Maduro.
Además, la Casa Blanca ha abierto la puerta para que Chevron pueda reanudar la extracción de petróleo en Venezuela, lo que podría proporcionar al régimen bolivariano una vía legal para acceder a dólares estadounidenses. Este cambio en la política estadounidense hacia Venezuela podría tener un impacto significativo en la economía del país y en la estabilidad del régimen de Maduro.
Sin embargo, a pesar de estos vientos favorables en el ámbito internacional, la represión interna en Venezuela no muestra signos de disminuir. Organizaciones de derechos humanos, como Human Rights Watch, han denunciado abusos generalizados contra la oposición, que incluyen asesinatos, desapariciones forzadas, torturas y detenciones arbitrarias. Según datos de la organización Foro Penal, al menos 853 personas están encarceladas por motivos políticos en el país, muchas de las cuales fueron detenidas tras las elecciones presidenciales de 2024, en las que Maduro fue proclamado ganador a pesar de las evidencias que apuntaban a la victoria de González, quien ahora se encuentra exiliado en España.
El panorama político en Venezuela es complejo y está marcado por la consolidación del poder del chavismo, la debilidad de la oposición y un contexto internacional que, aunque presenta oportunidades para el régimen, también está acompañado de una creciente presión por parte de organismos de derechos humanos. La situación en el país seguirá siendo objeto de atención tanto a nivel nacional como internacional, mientras los venezolanos continúan enfrentando una crisis política y humanitaria sin precedentes.